Cuestión de honor
El ambiente estaba cargado de tensión en aquella noche. Rose Elliot, una niña de 11 años oriunda de Carolina del Sur, estaba a punto de ganar el concurso nacional de ortografía de los Estados Unidos. Los jueces le pidieron como ultima prueba que deletreara la palabra "admisión." La pequeña lo hizo con su característico acento sureño, pero los jueces no fueron capaces de determinar si había pronunciado una "o" o una "a" como letra al lado de la última.
Los jueces debatieron entre sí por varios minutos mientras escuchaban las grabaciones. Sin embargo, la letra decisiva tenía un acento demasiado marcado como para descifrarlo. Finalmente los jueces decidieron preguntar a la única persona que conocía la respuesta. Ellos le preguntaron a Rose si había pronunciado una "a" o una "o".
Para aquel entonces Rose conocía ya el correcto deletreo de la palabra, sin embargo ella decidió decir la verdad. Con mucha tranquilidad y sin titubear ella contestó que había pronunciado mal la palabra y se fue del escenario.
Todo el auditorio se puso de pie y aplaudió, incluyendo unos cincuenta reporteros gráficos. El momento fue emocionante y lleno de orgullo para sus padres. Aunque había perdido el concurso ella había conquistado una victoria más importante. En efecto, con el pasar de los años, ¡Se escribió más acerca de Rose Elliot que sobre el "desconocido" ganador del concurso!