ALBERTO CEDEÑO.
La felicidad no solo era el momento de loca pasión,siempre será solo la suma de los instantes que compartíamos,
descubriéndonos y hallando en las íntimas respuestas de sublime comprensión,todo aquello que solo significo amor y que de seguro jamás entendiste.
Quizás en algún momento, entre la soledad trémula de tus cobijas frías
lejos de las risas adulonas, las palabras sutiles y las caricias coquetas
de los que ofrecen amor, loca pasión y una promesa de eterna satisfacción
Lejos de importar de provengan; Del enérgico roce de un musculo
que busca virilmente un gemido tuyo, para hallar en él; su satisfacción y gozo o quizás de aquellas manos femeninas, sutiles y delicadas, que anónimamente, buscan entre tus piernas, la magia de la perfección, rincón de fantasía añorada
Y el furor de la pasión desenfrenada, que muere en tus labios buscando la flama tenaz de aquella hoguera que siempre buscas, inconscientemente en cada boca en cada piel, pasión que te es esquiva egoísta y nunca encontrada...
Quizás en ese momento, cuando te sientas sola, aunque llena de calor, sed y deseo retenido pero con el corazón vació, y una conciencia que te desnuda tal como eres Un cuerpo perfecto, hermoso, y una piel que renuncio, al calor de la sinceridad de un amor para elegir ser solo placer; y desde lo más profundo de tu mente y alma, desde la fuente misma
de tus mas locas pasiones de amor y deseo, para convertirte en un sepulcro enmudecido Que yace cual lapida huérfana en el infinito, anónimamente lúgubre vacía y fría.
Todo lo tuviste, mas pudo tu instinto, ahora ahoga la nostalgia de tu gozo, cuando amanece el día.
Te extraño, te recuerdo y aunque aun dure tu felicidad hipócritamente negada.
Recuerda que el verdadero amor, no se olvida, no se aparta ni se deja ,
Y de nuestro lado, si se aleja!; pero nunca dice ADIOS.
SORBER.