LOS PRIMEROS RAYOS
¿Has probado el sabor a madrugada? Sí, ese que parpadea en el estomago, cuando recuerdas las caricias regaladas a tu amante hoy furtivo al descubierto. La madrugada sabe a café en la misma taza, suena a cucharillas amarillas, desparejadas, heredadas de extraños, que vigilan la sala en marcos de cerezo.
Huele a tu aroma en las arrugas de mi pelo, en el dorso de mis muñecas, en el beso tierno sobre la palma de mi mano. Me sonríes y te comes mis labios, abro mis muslos y me siento en tu sorpresa, cierro tus párpados con los míos para que no veamos terminar estas horas fugaces, de madriguera...
Y los primeros rayos impregnan las copas que bebimos ayer, sin agotar el deseo, ese licor traicionero, dueño y señor de nuestras voluntades, amigo fiel de nuestras añoranzas.
Pero esta mañana la melancolía , me esperará fuera, cuando traspase el umbral de mi casa, y descanse abrazada a estos tiernos recuerdos.
Marta Alberca.
SORBER.
|