Son precisamente esos obstáculos los necesarios para nuestro crecimiento, para nuestra madurez y son fuente segura de sabiduría en nuestra vejez. Muchas veces, a un obstáculo vencido, le siguen otros, y otros, y muchos más...son parte fundamental de la "escuela de la vida".
Lo importante es no permitir que nos abatan, tener la seguridad de que somos más fuertes que ellos y podremos vencerlos, no sin dificultad, ciertamente, pero lo lograremos con la confianza en nosotros mismos y en nuestras capacidades.
Ningún obstáculo es suficientemente grande y poderoso para derrumbarnos, si luchamos contra él para superarlo, confiados antes que en nuestra propia fortaleza, en la Protección y apoyo de Nuestro Padre Celestial.
En Jesús nace una fuerza interior, tremenda, y cuando depositamos en Jesús esas "piedritas" y por supuesto se las ofrecemos en desagravio, Él mismo nos ayuda a saltarlas...lo que haremos sin desesperación, ni llanto ni desesperanza.
Muchas gracias mi linda Ketty, me encantó leerte como siempre muy positiva.
Flaquita