A UN RETRATO
Ofensas son, señora, las que veo, hechas a vuestras grandes perfecciones, porque donde acredita sus pasiones sólo amor las escribe y yo las leo.
Vencido queda el arte del deseo, los imposibles dando por razones, y en esta fe tan libre de opiniones fundo lo que de vos no alcanzo y creo.
Si en lo menos se pierde más el tino, en lo más, ¿qué será de aquel traslado que procura sacar el arte en vano?
Sólo yo tengo aquel tan peregrino en que el original no está agraviado, hecho en mi corazón por vuestra mano.
|