En mi "tierra", Morelos, el día de muertos es un día de fiesta. La gente acude al panteón, lavan las tumbas de sus familiares que ya han sido llamados a la presencia del Señor, las adornan con flores, y ponen manteles sobre algunas tumbas para comer y convivir con sus familiares. Tienen la creencia de que ellos están presentes en la celebración, en virtud de que DIOS les da permiso o vacaciones por esos días.
Algunos llevan mariachis, otros guitarras, otros más radios o grabadoras portátiles para llevarles música a sus difuntos. Desde la noche anterior, se empiezan a reunir en los panteones, y el día dos de noviembre, por la mañana, se dedican a embellecer las tumbas. A las 12 del día es la Santa Misa en sufragio de todas las ánimas del purgatorio y en general por todas las almas. Cuando la misa termina, empieza el festejo, que se prolonga todo el día. No hay tristeza por la partida del familiar, por el contrario, hay mucha alegría por el "reencuentro".