AYUDA
 
Si de veras quieres ayudarme: no camines por mí, déjame caminar por mi camino; 
no hables por mí, déjame hablar y escúchame; 
no llores por mí, déjame llorar y acompáñame; 
no decidas por mí, déjame elegir y respeta mis decisiones; 
no te arrojes al agua por mí, déjame que aprenda a nadar; 
no me impongas tu experiencia; déjame hacer la mía; 
no aciertes por mí, déjame aprender equivocándome; 
porque yo crezco más con mis errores que con tus aciertos.