¡¡Total y. Absolutamente!!!
¿Quien podría desconfiar de sus padres terrenales y temporales? Con mayor razón confiamos en DIOS que es nuestro Padre celestial y Eterno; un Padre vivo, amoroso, e infinitamente Misericordioso.
¡Qué vacía, triste y sin ninguna esperanza sería la vida si no confiáramos en el Poder Salvador de JESÚS!
Gracias Nana, me encanta leerte con ese entusiasmo y ese cariño que nos das.
Flaquita