LOS AVENTUREROS DE DIOS
"Los aventureros son los que......"
" Los aventureros son los que sueñan la aventura de Dios"
Y
yo añadiría algo más a esta reflexión... "y los que después se atreven a
vivir esos sueños". La vida es la gran aventura que todos hemos venido a
experimentar, y sin embargo no nos damos cuenta. Vivimos pensando que
nuestra vida carece de color, de intensidad, que es anodina, simple...
Nos fijamos en los demás y sabemos apreciar el gran contenido de su
aventura, y nos preguntamos "¿Y yo qué? ¿Lo que yo hago, para qué sirve,
dónde está mi contribución a este mundo? Vemos en los demás los grandes
retos a los que se enfrentan, las grandes obras que realizan, los
problemas acuciantes que son capaces de resolver, y volvemos la mirada
hacia nosotros y volvemos a preguntarnos ¿Y yo, para qué estoy aquí?
¿Cuál es mi aventura? y la respuesta solo es una ¡¡¡Tú mayor aventura es
VIVIR!!!
Saber
vivir no es menudencia, es algo grandioso. Es aceptar la aventura del
minuto a minuto, de aprender a respetarnos y a valorarnos, de saber dar
lo mejor de nosotros... a nosotros mismos, porque solo así podremos dar
lo mejor de nosotros a los demás. Cuando alcanzamos un cierto nivel de
espiritualidad o de compromiso con nuestro entorno es cuando más
acuciantes se hacen todas esas preguntas, tenemos la falsa creencia de
que si no estamos haciendo un servicio a los demás, compartiendo un
conocimiento, un don, no estamos haciendo nada positivo, que el tiempo
pasa y no encontramos nuestro camino, nuestro don que ofrecer a los
demás. No nos damos cuenta que una sonrisa, una palabra amable, puede
tener la misma fuerza o más que una vida volcada en el servicio a los
demás. No sabemos reconocer que esa sonrisa o esa palabra amable, dada
desde nuestro interior, desde nuestra espontaneidad, puede llegar a
cambiar la vida de alguien, y si más no, hacer que ese alguien pueda
cambiar su estado de ánimo y contagiar con él a muchas personas más como
en una cadena invisible de positividad.
Todos
y cada uno de nosotros, en nuestro trabajo diario, sea cual sea el
trabajo que realicemos, desde barrer una calle a dirigir una empresa,
podemos dejar nuestra huella a pesar de las contrariedades, a pesar de
no ser el trabajo de nuestra vida, a pesar de las personas o de las
situaciones que nos lo pongan difícil, porque podemos tener una mirada
de aliento para aquel que lo necesite en un momento dado, una sonrisa
para la persona que estamos atendiendo aunque sea por teléfono, una
palabra amable para el que busca una respuesta o una indicación. Todos
llevamos con nosotros problemas por resolver, preocupaciones que nos
atrapan, que nos hacen desconectarnos de los demás, y que en ocasiones,
nos hacen ver el día a día como un caminar arrastrando los pies, pero
también llevamos con nosotros el milagro de sonreír, y digo bien
"milagro" porque ese gesto tan simple puede cambiar la energía del
momento. Dar esperanza, consuelo, ánimo, apoyo, solidaridad,
complicidad... Con ese simple gesto podemos estar cambiando el rumbo de
una situación, de un estado de ánimo, de una respuesta que puede alterar
a positivo la decisión de alguien o de nosotros mismos.
Todos
tenemos en nuestras manos dones que ofrecer al mundo, no hace falta que
sean aparatosos o visibles, importantes y grandiosos, espectaculares y
vistosos, en ocasiones los que pasan inadvertidos, los simples, los
sencillos, aquellos que ni tan siquiera sabemos reconocer como tales,
son los que pueden mover el mundo.Tú, yo, todos nosotros, aventureros
que nos atrevimos a soñar la aventura de Dios cuando aceptamos venir a
este mundo, debemos despertarnos de ese sueño y, dando un paso más,
atrevernos a vivirlo, porque solo así podremos dar respuesta a nuestras
preguntas de quién soy y de qué hago aquí: "Yo Soy lo que Yo Soy, y
estoy aquí y ahora para aprender a vivir la vida, día a día, minuto a
minuto, conmigo mismo, con todos y todo lo que me rodea, desde la
comprensión y el amor, y con la certeza de que estoy en el lugar y la
situación apropiada para mi evolución".
NANA