Una tradición que traspasa fronteras ya que incluso pueden disfrutarla paisanos nuestros que viven en importantes ciudades de la Unión Americana como son Los Ángeles, Chicago o Nueva York.
Algo sin precedentes dentro de las diferentes devociones marianas puesto que hace que muchos se pregunten: ¿qué tiene la Virgen de Guadalupe que la hace única en el mundo?
Empezaremos diciendo que, a diferencia de otras imágenes marianas que tuvieron todas un artista humano –el pintor que la pintó o el escultor que la esculpió- nuestra Guadalupana es algo fuera de serie ya que la naturaleza de la tela donde esta impresa muestra una serie de fenómenos que la ciencia jamás ha podido explicar.
Tema amplísimo del cual –si nuestros amigos lectores nos lo piden- podemos hablar en otra ocasión.
Todos sabemos que uno de los cuatro elementos de la identidad nacional –junto con el territorio, el idioma y la raza- es la religión católica.
Y sabemos también como –una vez finalizada la Conquista de México en 1521- quedaron tan profundos resentimientos entre los vencidos indígenas que todo esfuerzo de los misioneros era algo parecido a predicar en el desierto.
Fue entonces cuando la Virgen se apareció a uno de aquellos integrantes de la raza vencida, a Juan Diego, un indígena perteneciente a la clase más humilde que era la de los macehuales (cargadores).
A él, precisamente a él, por pertenecer a una clase humilde y por tener una fe capaz de mover montañas fue a quien la Virgen de Guadalupe le pidió que, en la cima de una áspera montaña, buscara rosas en invierno.
Pues bien, para no alargar la historia, en el momento en que se hizo pública la presencia de la Virgen María en tierras de México, en ese momento, fueron tantos los indígenas que acudieron a pedir el bautismo que los misioneros desfallecían de cansancio.
A partir de entonces todo cambió. La evangelización de México marchó sobre ruedas y antes de que finalizara el siglo XVI, la Nueva España era uno de los reinos más católicos del imperio español.
Así pues, podemos decir que, gracias a la Virgen de Guadalupe, aquí se consolida la fe católica como uno de los elementos más importantes de la mexicanidad. Un catolicismo mexicano que tiene como sello especial el del guadalupanismo.
Ante la Virgen de Guadalupe, no solamente el 12 de diciembre sino los 365 días del año se postran el pobre y el rico, el culto y el ignorante, el sano y el enfermo, el débil y el poderoso. Todos tienen algo que pedirle o que agradecerle a la Morenita del Tepeyac.
Por algo, después de la Basílica de San Pedro, el santuario más visitado del mundo es precisamente la Basílica de Guadalupe.
Tema inagotable el de la Virgen de Guadalupe ya que puede estudiarse desde muy diversos aspectos ya sean históricos, religiosos, artísticos, sociológicos, etcétera, etcétera, etcétera.
Un fenómeno que en todo el mundo no tiene parangón.
Un privilegio que enorgullece a todos los mexicanos.
Un prodigio que, gracias a los numerosos favores de la Virgen, puede decirse que es un milagro que se da todos los días.
Gentileza del Boletín Ideas Claras