Mar y mujer
Sensual donjuán el mar, reiterativo
sobre una y otra playa, jadeante,
vertiendo impulsos y humedad de amante,
y volviendo la espalda, fugitivo.
Yaces sobre la arena. Qué opresivo
se ha tornado el momento, qué distante
resulta ya el abrazo desbordante
que la razón juzgá definitivo.
En el ir y volver de su oleaje,
no se genera el mágico engranaje
que tu cuerpo desnudo pretendiera.
Tu postura es de ofrenda, y de derrota, y el agua, más que acariciar, azotala piel que aún vibra, el alma que aún espera.Los Angeles, 25 de noviembre de 2011