DEJA DE PENSAR, Y DISFRUTA...

El hombre siempre ha tratado de entender la esencia de la vida, "el porqué" de cada una de las situaciones que se le presentan cada día. Buscando incansablemente el "sentido de la vida", juzgamos y comparamos todo, nos parece que las situaciones son: justas o injustas, apropiadas o desafortunadas... dependiendo en gran medida de la información que tengamos o de cómo hayan sido nuestras experiencias anteriores. A veces nos asaltan preguntas trascendentes como: ¿Quiénes somos?, ¿ Cuál es nuestra misión? Pero también nos hacemos preguntas más personales como: ¿Por qué a mí? ¿Por qué nadie me entiende?, ¿Por qué a él y no a mí?. La cultura occidental nos lleva a buscar afuera, a investigar, experimentar, razonar o a especular, mientras que los orientales buscan adentro. Meditan, sienten y practican infinidad de técnicas para alcanzar la iluminación. En realidad, todos tratamos por diferentes caminos de llegar al fondo de ese gran fenómeno que es el sentido de la vida. Pero en verdad, no necesitamos entender la vida en su totalidad para poder ser felices.
No tenemos que entender cómo funciona un árbol de mango para disfrutar y alimentarnos de sus jugosos frutos. ¡Basta con que estés vivo y tomes todo lo bueno que la vida generosamente te ofrece!
Desconozco el autor
Ketty |