Esta mañana, médicos del Hospital Santa Marina de Bilbao han practicado por primera vez en el País Vasco una intervención quirúrgica con anestesia general. Hasta ahora, nunca había sido necesaria la presencia de un anestesiólogo en los quirófanos vascos, puesto que en ellos es tradición operar “a pelo”.
Esta primera intervención con anestesia se considera “una rara excepción” que, lejos de ser vista como un avance, se ha querido llevar a cabo con discreción “porque es una vergüenza para el paciente mismo y para sus familiares”.
Gritaba como un niño al abrirle el tórax
Según parece, hubo cinco intentos fallidos de operar al paciente sin anestésicos, pero al abrirle la caja torácica el enfermo gritaba, se movía y dificultaba las labores del equipo médico. “Cuando chilló por primera vez al perforarle con el bisturí pensamos que estaba de cachondeo”, reconoce el cirujano, que insiste en permanecer en el anonimato “para preservar mi dignidad profesional”. Al ver que “seguía llorando y pataleando como una nena”, le ataron de pies y manos “pero ni siquiera así dejaba de comportarse como un crío o como alguien que no fuera del mismo Bilbao”. Finalmente, y a la desesperada, “tuvimos que traer a un anestesiólogo de Madrid”.
Hubo que confirmar que era vasco
Tras los primeros incidentes, el hospital quiso confirmar la partida de nacimiento y los antecedentes familiares del paciente al sospechar que no era vasco. “Ocurre muchas veces en otras comunidades. Hay catalanes que invitan a una ronda y años después se descubre que nacieron en otro sitio”, explica el gerente del centro hospitalario. Pese a las sospechas, todo indica que el enfermo es bilbaíno pero, por algún motivo, no resiste que le extirpen un pulmón a pelo, directamente con las manos “y sin guantes ni hostias”.
En estos momentos, el paciente se está recuperando tras la intervención. “Aquí lo normal es que la gente salga de la mesa de operaciones por su propio pie y se vaya directamente al fútbol o a cagar, pero claro, este señor tiene que despertarse tras la anestesia. Y a ver luego si se queja del dolor, esto ya sería el colmo”, declara uno de los médicos, que considera que el paciente “tendrá que recibir asistencia psicológica después de esto porque ha avergonzado a su mujer y a sus hijos. Yo me iba del país”.
de la red