RIMA XXXIII
Dos rojas lenguas de fuego que a un mismo tronco enlazadas se aproximan, y al besarse forman una sola llama.
Dos notas que del laúd a un tiempo la mano arranca, y en el espacio se encuentran y armoniosas se abrazan.
Dos olas que vienen juntas a morir sobre una playa y que al romper se coronan con un penacho de plata.
Dos jirones de vapor que del lago se levantan, y al juntarse allá en el cielo forman una nube blanca.
Dos ideas que al par brotan, dos besos que a un tiempo estallan, dos ecos que se confunden, eso son nuestras dos almas.
Gustavo A. Becquer
07/06/2014
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