
Yogurt o postres lácteos: podemos pensar que un yogur es casi todo proteínas y grasa, pero tiene una cantidad importante de azúcar. La mayoría de las veces, entre dos y cinco cucharadas por cada 20 gramos. Mucho más de lo que le ponemos al café.
Bebidas isotónicas o deportivas: con la excusa de que son "bebidas deportivas", mucha gente sustituye el agua por estos preparados más sabrosos. Vienen bien como complemento luego de la actividad física, pero beberlas en grandes cantidades tiene consecuencias negativas: por litro contienen 60 gramos de azúcar, es decir, ¡10 cucharadas!
Cereales: en los anuncios, todos los cereales de desayuno parecen muy completos y saludables. Sin embargo, la mayor parte de ellos tienen un exceso de azúcar. Siempre hay que elegir los que tengan menos sabores agregados y colores artificiales.
Salsa de tomate: si bien es una alternativa mucho más saludable para la pasta que llenarla de crema, esta opción puede estar libre de grasas, pero no de azúcar. Cuidado con incluirla en más de una comida por semana: si comés pizza, despídete de los ravioles
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