Tras haber aumentado de peso considerablemente, una rubia decide ir el médico para que le dé un plan nutricional.
“Quiero que comas normalmente por dos días, luego salta un día, y repite el mismo procedimiento por dos semanas. La próxima vez que te vea lo más probable es que tengas dos o tres kilos menos.”
Luego de dos semanas, la rubia regresa al consultorio y al pesarla, el médico se da cuenta de que perdió nueve kilos.
“Los resultados son sorprendentes… ¿Seguiste mis instrucciones?”, preguntó el médico.
La rubia, cansada, asiente con la cabeza y le dice: “El tercer día pensé que iba a caerme muerta.”
“¿Del hambre?”, preguntó el médico.
“No, de saltar.” |