1. Balancear tus fluidos. Aproximadamente el 60% del cuerpo humano está compuesto por líquido. Beber suficiente agua mantiene el equilibrio de fluidos del cuerpo y ayuda a transportar los nutrientes, además de regular la temperatura corporal y digerir los alimentos. 

2. Controlar las calorías. Numerosos estudios han encontrado una fuerte conexión entre el consumo de agua y la perdida de peso. ¿La razón? El agua ayuda a sentirte más satisfecha y, por ende, comer menos. 

3. Rendir mejor en el gimnasio. Cuando realizas ejercicio, sudas. Cuando sudas, tus músculos se deshidratan. Y si esos líquidos no son repuestos correctamente, se cansan más de la cuenta. Recupera energía tomando considerable cantidades de agua y aumenta tu rendimiento. 

4. Mejorar tu piel. Ciertas toxinas presentes en el cuerpo pueden producir que la piel se inflame, generando puntos negros y acné. El agua expulsa esas toxinas del cuerpo y reduce el riesgo de poseer espinillas.

5. Depurar tu sistema urinario. Los riñones de nuestro cuerpo procesan gran cantidad de sangre diariamente, para descartar los desechos y transportar la orina a la vejiga. Para limpiar el cuerpo de aquello que no necesitamos, los riñones necesitan suficientes fluidos, como por ejemplo: agua.  

6. Aumentar de productividad. Mantenerse hidratado durante todo el día ayuda a concentrarse y estar alerta. 

7. Despavilarte. ¿Pensabas que el café era la única bebida que podía despertarte? Estás muy equivocado: la deshidratación produce cansancio, así que si quieres quitarte esas bolsas de los ojos, no te despegues de tu botella de agua en todo el día.

8. Deshacerte de la resaca. Para no sentirte cansado y descompuesto luego de una larga noche de tragos, intercala un vaso de agua por cada uno de alcohol que bebas.

9. Prevenir el dolor. El cuerpo se encuentra más propenso a sentir dolores en las articulaciones, así como los calambres musculares y esquinces cuando está deshidratado. ¡No corras el riesgo!

10. Clarifica tu pensamiento. Un estudio de la universidad de Londres demostró que aquellos alumnos que toman agua mientras dan un examen obtienen mejores calificaciones. ¿El por qué? El agua mantiene el cerebro hidratado frente a situaciones de mucho stress, por ende, la concentración aumenta.