SABADO 16 DE ABRIL DEL 2016
PRIMERA LECTURA
Del Libro
de Hechos 9,31-42
En aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en
toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad
al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo.
Pedro recorría el país y bajó a ver a los
santos que residían en Lida. Encontró allí a un cierto Eneas, un paralítico que
desde hacía ocho años no se levantaba de la camilla. Pedro le dijo:
"Eneas, Jesucristo te da la salud; levántate y haz la cama."
Se
levantó inmediatamente. Lo vieron todos los vecinos de Lida y de Saron, y se
convirtieron al Señor.
Había en Jafa una discípula llamada Tabita,
que significa Gacela. Tabita hacia infinidad de obras buenas y de limosnas. Por
entonces cayó enferma y murió. La lavaron y la pusieron en la sala de arriba.
Lida está cerca de Jafa.
Al enterarse los discípulos de que Pedro estaba allí,
enviaron dos hombres a rogarle que fuera a Jafa sin tardar.
Pedro se fue con
ellos. Al llegar a Jafa, lo llevaron a la sala de arriba, y se le presentaron
las viudas, mostrándole con lágrimas los vestidos y mantos que hacía Gacela cuando
vivía.
Pedro mandó salir fuera a todos. Se arrodilló, se puso a rezar y,
dirigiéndose a la muerta, dijo: "Tabita, levántate." Ella abrió los
ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él la cogió de la mano, la levantó y,
llamando a los santos y a las viudas, se la presentó viva. Esto se supo por
todo Jafa, y muchos creyeron en el Señor.
PALABRA
DE DIOS
¡TE
ALABAMOS SEÑOR!
SALMO
RESPONSORIAL 115
R/.¿Cómo
pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
¿Cómo
pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación,
invocando Su Nombre.
R/.¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Cumpliré
al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. Mucho le cuesta al Señor la
muerte de sus fieles.
R/.¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Señor,
yo soy tu siervo, siervo Tuyo, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas. Te
ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando Tu Nombre, Señor
R/.¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGùN SAN JUAN 6,60-69
¡GLORIA A Tì, SEÑOR!
En
aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron:
"Este modo de
hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?"
Adivinando Jesús que sus
discípulos lo criticaban, les dijo: "¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais
al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la
carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con
todo, algunos de vosotros no creen."
Pues Jesús sabía desde el principio
quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: "Por eso os he dicho
que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede."
Desde entonces, muchos discípulos suyos se
echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce:
"¿También vosotros queréis marcharos?" Simón Pedro le contestó:
"Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros
creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios."
PALABRA DEL SEÑOR
¡GLORIA
A Tì, SEÑOR JESùS!
Por
la lectura del Santo Evangelio, sean perdonados nuestros pecados. Amèn
MEDITACIòN
La
infinitud Divina se encierra en los estrechos límites del cuerpo humano de
Jesús y este cuerpo es alimento generador de vida sin término.
En los dos domingos anteriores era la
autoridad religiosa judía la que cuestionaba ambos hechos; hoy son los propios
discípulos de Jesús quienes lo hacen:
"Este
modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?"
Esta crítica no tiene necesariamente su origen
en la mala voluntad humana, sino en la dificultad real de conciliar términos
antitéticos (inmanente-trascendente; divino-humano).
El
escollo se agranda a la hora de pensar en el retorno de Jesús a donde estaba
antes. Esta misma problemática ya había aparecido en el diálogo con Nicodemo
(cfr. Jn. 3, 11-13).
La dificultad es real y su solución exclusivamente
racional poco menos que imposible.
Lo
más seguro es que toda tu vida hayas sido católico/a por tu bautismo pero,
¿alguna vez te has cuestionado seriamente sobre quién es Jesús para ti? ¿Qué
representa en tu vida?
Para san Pedro, a pesar de todas las cosas que no puede
entender sobre lo que Jesús hace y dice, su convicción es firme: “Nosotros
creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”.
No
siempre las cosas que leemos de la Sagrada Escritura nos resultan entendibles,
hay que creerlas y por lo tanto vivirlas, exactamente como Jesús nos las dice,
aunque nos suenen ilógicas y carentes de sentido.
Nunca las Palabras de Jesús lo son, meditándolas encontraremos la lógica y razón de cada una de Ellas.
A
los que escucharon el discurso de Jesús sobre el Pan de Vida, les sonó
“repugnante” el tener que comer Su Carne y Su Sangre.
Jesús
estaba hablando de realidades que no entendían aún, pero eso no es una
limitación para san Pedro: “Señor, haremos lo que tú dices, aunque no
entendamos y nos resulte incomprensible”.
Esta
es la fe pascual, la que nos prepara para poder participar de realidades
todavía más increíbles, para poder tener acceso a las cosas del cielo.
Aprovechémos esta Pascua para dar una respuesta clara sobre la identidad y poder
de Jesús en nuestra vida.