Enclaustrado en el dolor, En penitencia por tu adios; Desterrado de tu eden, Entre tinieblas de terror.
Soy un hijo de la noche, Ya no hay luz sin ti; Y es que sin ti, Estoy muriéndome de amor.
Entre la obscuridad, Se escapará la paz, Cuando oigas Mi quejido, aullido, grito, llanto, libre al viento; A media noche así, Me acordaré de ti, Desde el cementerio de los vivos que mueren por dentro
Y es que estoy muriéndome de amor Padeciendo por tu cruel traición.
Siento como se me va, El alma de mi humanidad; Entre lunas llenas soy, El rey de la desilusión.
Y se ríe a carcajadas, Tu promesa en mi; Y con la sombra de tu cuerpo, He de morir.
Entre la obscuridad, Se escapará la paz, Cuando oigas Mi quejido, aullido, grito, llanto, libre al viento; A media noche así, Me acordaré de ti, Desde el cementerio de los vivos que mueren por dentro
Y es que estoy muriéndome de amor, Padeciendo por tu cruel traición.
Entre la obscuridad, Se escapará la paz, Cuando oigas Mi quejido, aullido, grito, llanto, libre al viento; A media noche así, Me acordaré de ti, Desde el cementerio de los vivos que mueren por dentro
Entre la obscuridad, Se escapará la paz, Cuando oigas Mi quejido, aullido, grito, llanto, libre al viento; A media noche así, Me acordaré de ti, Desde el cementerio de los vivos que mueren por dentro
Así, devastado nos sentimos cuando perdemos un amor...pero el tiempo, ese maravilloso amigo, nos recupera...sanan las heridas que no son mortales ciertamente, y se vuelve a vivir y a tener nuevamente fe y confianza en los demás.