Así es, la vida es bella, con sus altas y sus bajas, con sus alegrías y sinsabores, pues ambas cosas aunque diametralmente opuestas, se complementan.
No podríamos apreciar la felicidad si antes no hemos tomado el amargo trago del dolor. Aún así, siempre tenemos más motivos para sonreír que para llorar....si, mi querido niño, definitivamente la vida es bella.
Hermosa presentación nos has traído hoy, con excelentes reflexiones...¡gracias mi buen amigo Sorber!