Sabia reflexión nos dejas hoy Cielo hermosa, cortita pero profunda.
Así crecemos espiritual y emocionalmente, a base de tropiezos y errores.
Nadie nos enseña a vivir, y no aprendemos de los errores ni experiencias ajenas, sino de las propias,
éstas son nuestras grandes maestras.
Ciertamente es necesario ese encuentro personal con nosotros mismos para asimilar la enseñanza. Ser nuestro propio juez para reconocer nuestros yerros, y nuestro mejor consejero para corregirlos. En ese momento habremos crecido.
Muchas gracias amiga mía, tus reflexiones, todas las que nos compartes, son muy positivas.
Ten una dulce y bendecida noche
Flaquita