DOMINGO 26 DE MARZO DEL 2017
PRIMERA LECTURA
Lectura del primer libro de Samuel (16,1b.6-7.10-13a):
En aquellos días, el Señor dijo a Samuel:
«Llena la cuerna de aceite y vete, por encargo mío, a Jesé, el de Belén, porque entre sus hijos me he elegido un rey.» Cuando llegó, vio a Eliab y pensó: «Seguro, el Señor tiene delante a su ungido.»
Pero el Señor le dijo:
«No te fijes en las apariencias ni en su buena estatura. Lo rechazo. Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón.» Jesé hizo pasar a siete hijos suyos ante Samuel; y Samuel le dijo:
«Tampoco a éstos los ha elegido el Señor.» Luego preguntó a Jesé: «¿Se acabaron los muchachos?»
Jesé respondió: «Queda el pequeño, que precisamente está cuidando las ovejas.» Samuel dijo: «Manda por él, que no nos sentaremos a la mesa mientras no llegue.» Jesé mandó a por él y lo hizo entrar: era de buen color, de hermosos ojos y buen tipo.
Entonces el Señor dijo a Samuel: «Anda, úngelo, porque es éste.» Samuel tomó la cuerna de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. En aquel momento, invadió a David el Espíritu del Señor, y estuvo con él en adelante.
PALABRA DE DIOS.
¡TE ALABAMOS SEÑOR!
SALMO RESPONSORIAL 22,1-3a.3b-4.5.6
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar, me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R/. El Señor es mi pastor, nada me falta
Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R/. El Señor es mi pastor, nada me falta
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.
R/. El Señor es mi pastor, nada me falta
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (5,8-14):
En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor.
Caminad como hijos de la luz –toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz–,
buscando lo que agrada al Señor, sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas,
sino más bien denunciadlas. Pues hasta da vergüenza mencionar las cosas que ellos hacen a escondidas. Pero la luz, denunciándolas, las pone al descubierto, y todo lo descubierto es luz.
Por eso dice: «Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz.»
PALABRA DE DIOS.
¡TE ALABAMOS SEÑOR!
PROCLAMACION DEL SANTO EVANGELIO SEGUN SAN JUAN (9,1.6-9.13-17.34-38):
¡GLORIA A TI, SEÑOR!
En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Y escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo:
«Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado).»
Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: «¿No es ése el que se sentaba a pedir?» Unos decían: «El mismo.» Otros decían: «No es él, pero se le parece.» Él respondía: «Soy yo.»
Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista. Él les contestó: «Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo.»
Algunos de los fariseos comentaban: «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.» Otros replicaban: «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?» Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego:
«Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?»
Él contestó: «Que es un profeta.» Le replicaron: «Empecatado naciste tú de pies a cabeza,
¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?» Y lo expulsaron.
Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo:
«¿Crees tú en el Hijo del hombre?» Él contestó: «¿Y quién es, Señor, para que crea en Él?» Jesús le dijo: «Lo estás viendo: el que te está hablando, Ése Es.» Él dijo: «Creo, Señor.» Y se postró ante Él.
PALABRA DEL SEÑOR.
¡GLORIA A TI, SEÑOR JESUS!
POR LA LECTURA DEL EVANGELIO SEAN PERDONADOS NUESTROS PECADOS
¡AMEN!
MEDITACION DE HOY
En el evangelio de este IV Domingo de Cuaresma, el evangelista san Juan nos presenta a Jesús en la curación de un ciego.
Este,representa a toda persona que vive en este mundo, y que vive a oscuras.
Necesitamos, por ello, que El cure nuestras cegueras, a fin de que podamos descubrir su huella.
Cabe preguntarnos:¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?¿Qué busco en la vida?
Jesús nos dice: "He venido a este mundo, para que los que no ven vean, y los que ven ,se queden ciegos.
"No hemos nacido, para vivir en la oscuridad.
Nos resistimos al misterio, pero el mismo, es un compañero inseparable en nuestra vida. Es una experiencia permanente.
Los creyentes, debemos ser,como un ciego, que se deja iluminar por Jesús poniendo toda nuestra confianza en Él.
El ciego fue a lavarse, el barro de sus ojos
El barro es oscuro y simboliza el pecado. Quitarse esa oscuridad en los ojos le permite al ciego ver la luz.
Realmente hermanos como cuesta llegar a tener claridad de Dios en la vida
Muchas de nuestras incoherencias y contradicciones, están en la incapacidad que tenemos de buscar diariamente la Luz.
Destaquemos en Jesús, su gran misericordia Le duele, que haya ciegos que no se dejen curar.¿Somos acaso nosotros alguno de éllos?
Señor: Ayúdanos a profundizar cada vez mas en Tu Palabra. Aumenta nuestra fe.
Gracias por Tu gran Misericordia.
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