Se requiere de coraje, y una buena dosis de madurez para aceptar una derrota, sin que lesione nuestro interior.
Tenemos que entender que fracasar en alguna empresa, no es fracasar en la vida, no es "estar acabado"; todo lo contrario, es enseñanza, es crecimiento...incluso me atrevería a decir, que es necesario... ¿Cómo podríamos saborear el triunfo si no hemos probado el sabor amargo de una derrota? ¡Así crecemos!
Ten un día maravilloso, bendiciones para ti
Flaquita