¡Amén!
Ciertamente, amiga mía,
debemos agradecer a Dios lo que nos da, ya que somos bendecidos, pues lo
que de Él recibimos,
es para muchos solo un sueño.
Agradezcámosle por todo,
por nuestra familia, por la oportunidad de dormir
en una cama confortable,
por el agua tibia que sale de la ducha, por la comida,
por el techo,
e incluso por los momentos de tristeza, soledad y adversidad,
en virtud de que al bendecir una circunstancia por
difícil que parezca es
como si mágicamente se fuera abriendo paso a la solución.
Muchas gracias Ani, ten un maravilloso e inolvidable dominguito.
FLAQUITA