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De: 8230Somba (Mensaje original) |
Enviado: 16/05/2017 09:01 |
El tiempo está en el cerebro
La do
El tiempo es relativo. Cuando nos aburrimos, pasa muy lentamente. Cuando somos felices, es un suspiro. Una investigación publicada en la revista «Science», culpa a la dopamina, el neurotransmisor implicado en el amor, la recompensa, la motivación y el movimiento, de esta sensación.Averiguan por qué el tiempo pasa tan lento cuando estamos aburridos
El mismo neurotransmisor que interviene en el enamoramiento y la recompensa adelanta o retrasa el reloj interno dependiendo de nuestras expectativas
Nuestro reloj interno distorsiona el tiempo - La persistencia de la memoria / Dalí1PILAR QUIJADA - PilarQuijada3 Madrid08/12/2016 21:32h - Actualizado: 08/12/2016 21:55h.Guardado en: Ciencia
Cuando esperamos algo con muchas ganas, una cita amorosa, por ejemplo, el tiempo parece ir tediosamente lento. Y cuando la situación anhelada llega, las horas se pasan en un suspiro. Algo parecido ocurre con la percepción del tiempo a medida que crecemos: en la niñez el reloj parece muy lento pero cumplidos los cincuenta se acelera. ¿Por qué la estimación del tiempo cambia con la situación, la etapa de la vida o incluso en algunas patologías como el párkinson?
Todos estos ejemplos apuntan en la misma dirección, como recoge una investigación publicada en la revista «Science», que señala como responsable a la dopamina, el neurotransmisor implicado en el amor, la recompensa, la motivación y el movimiento, entre otras funciones. La idea no es nueva.
La vieja hipótesis del «reloj de dopamina» dejaba en manos de esta sustanciala medida del tiempo «subjetivo» o psicológico, como el que se estima durante una espera. La capacidad de medir con precisión esos periodos depende de factores como la motivación, la atención y las emociones, como ilustran los ejemplos previos.
Sin embargo, a diferencia de la visión o audición, el juicio sobre el tiempo no está ligado a ningún órgano de los sentidos. Pero su estimación es crucial para la supervivencia en todas las especies. Desde un animal que busca comida en terreno abierto a merced de sus depredadores, a nuestra vida en la urbe, para decidir cruzar o no una carretera ante la proximidad de un vehículo.
Se sospechaba que las neuronas que producen dopamina, localizadas en el cerebro medio o mesencéfalo, tenían un papel importante como reguladoras de este reloj interno, pero faltaba encontrar la relación directa entre las señales transmitidas por esas neuronas y el paso del tiempo. Para rellenar ese hueco, neurocientíficos del Centro Champalimaud para lo Desconocido (Lisboa) miraron la actividad de estas neuronas en ratones adiestrados para calcular si un intervalo entre dos señales acústicas era más corto o más largo que un segundo y medio. Por raro que parezca, después de meses de entrenamiento, los ratones eran muy competentes para estimarlo.
Paralelamente, se midió la actividad de las neuronas dopaminérgicas y vieron que su activación o inhibición transitoria podía frenar o acelerar la estimación del tiempo. Si las estimulaban para producir más dopamina, los ratones tendían a subestimar el tiempo, y si las silenciaban, tendían a sobreestimarlo. «Esto, junto con las señales de origen natural que observamos en el experimento previo, demuestra que la actividad de estas neuronas es suficiente para alterar la percepción del paso del tiempo», explican los investigadores.
¿Se puede extrapolar este resultado a los humanos? Es posible, pero el problema, advierten los investigadores, es que lo observado en ratones «no puede decirse que sea una percepción, ya que los animales no pueden expresar lo que sentían». Sin embargo, apuntan a dos hechos que podrían corroborarlo. El primero, «la capacidad de los jóvenes amantes, con su cerebro inundado de dopamina, para permanecer despiertos toda la noche hablando, sin notar el paso del tiempo». Y el segundo, algo más científico, la estimación del tiempo mucho más lenta en las personas con párkinson, una enfermedad en la que hay un déficit precisamente de dopamina.
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De: FLAQUIS |
Enviado: 17/05/2017 06:48 |
¿Puedo interpretarlo como que la dopamina, la "dosificamos" nosotros mismos dependiendo en gran parte del estado anímico?
La espera, realmente es desesperante, es cuando sentimos el tiempo muy largo; el aburrimiento entra en acción casi de inmediato; pero si en esa espera decidimos distraernos de alguna manera (crucigramas, lectura, videos, etc), activamos las células dopaminérgicas, acelerando el tiempo, por lo cual esa espera se "acorta" terminándose antes de lo pensado...¡y sin aburrimiento!
¿No podríamos frenar la estimación del tiempo, para envejecer mucho más lentamente? jejeje.
Muchas gracias Sombra!, este artículo me gustó, me ha parecido muy interesante.
Flaquita
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ES UN PEQUEÑÍSIMO RESUMEN.....PERO SI TIENES CURIOSIDAD, NO HACE FALTA QUE TE DIGA QUE ENTRES EN GOOGLE "DOPAMINA"....
La dopamina (C6H3(OH)2-CH2-CH2-NH2) es un neurotransmisorproducido en una amplia variedad de animales, incluidos tantovertebrados como invertebrados. Según su estructura química, la dopamina es una feniletilamina, una catecolamina que cumple funciones de neurotransmisor en el sistema nervioso central, activando los cinco tipos de receptores celulares de dopamina: D1 (relacionado con un efecto activador), D2 (relacionado con un efecto inhibidor), D3, D4 y D5, y sus variantes. La dopamina se produce en muchas partes del sistema nervioso, especialmente en la sustancia negra. La dopamina es también una neurohormona liberada por elhipotálamo, donde su función principal es inhibir la liberación deprolactina del lóbulo anterior de la hipófisis.
Como fármaco, actúa como simpaticomimético (emulando la acción del sistema nervioso simpático) promoviendo el incremento de la frecuencia cardíaca y presión arterial; a su vez, puede producir efectos deletéreos como taquicardia. Sin embargo, a causa de que la dopamina no puede atravesar la barrera hematoencefálica, su administración como droga no afecta directamente el sistema nervioso central.
En el cerebro de pacientes con enfermedad de Parkinson degeneran y mueren las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra, las cuales proyectan hacia los núcleos del putamen y caudado del estriado, núcleos que participan en los ganglios basales, provocando la pérdida de control de los movimientos voluntarios. El tratamiento para esta enfermedad es restaurativo, al intentar compensar la pérdida de dopamina que se produce por la muerte neuronal dopaminérgica. Sin embargo, para poder hacer llegar la dopamina hasta el cerebro y compensar su déficit, se administra su precursor, la L-Dopa (levodopa), normalmente junto a la carbidopa para evitar la degradación de la L-Dopa en plasma y aumentar la cantidad de precursor que llega al cerebro. Una vez atravesada la barrera hematoencefálica, la L-Dopa es metabolizada hasta dopamina gracias a la dopa descarboxilasa.
Dopamina |
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La dopamina suele asociarse con el sistema del placer del cerebro, suministrando los sentimientos de gozo y refuerzo para motivar a una persona de manera proactiva, a fin de que realice ciertas actividades. |
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