..."El domingo que viene es Semana Santa y había invitado a mis amigos a cenar.
Ahora, sin ese dinero, no tengo nada con que comprar comida.
No tengo familia a quien acudir, tú eres mi única esperanza. ¿Podrías ayudarme por favor?"
El empleado de correos se emociona y muestra la carta a sus compañeros.
Y todos juntos deciden hacer una colecta.
Cada uno de ellos contribuye con unos pocos dólares.
Al acabar la ronda y contar el dinero, ¡habían recogido hasta 96 dólares!
Los metieron en un sobre, y se los enviaron a la anciana señora.
Llegó Semana Santa y, unos días más tarde, en la oficina de correos
reciben otra carta de la mujer -de nuevo, dirigida a Dios.
Todos los trabajadores se reúnen emocionados para abrir la carta, que dice:
"Querido Dios, ¿cómo puedo agradecerte lo que hiciste por mí?"
"Gracias a tu inmensa generosidad pude tuve una encantadora velada con mis amigos.
A ellos les expliqué sobre tu maravilloso regalo".
"Aunque, por cierto, faltaron 4 dólares. Sin duda que debieron robarlos
esos ladrones de la Oficina de Correos".
¡Bendita gratitud! jejeje
Con amor...
Flaquita