Lo mejor de todo, es que todos los días, por negros que parezcan, tenemos motivos para sonreír. Diariamente hay algo o alguien que pone una sonrisa en nuestro rostro.
Sombra querida, te daré el remedio que nos dio hace algún tiempo, nuestro amigo Luengo:
Repetir la palabra JA, en voz alta y varias veces...te aseguro que no se llega ni a 6 repeticiones cuando ya soltamos una franca carcajada.
Yo lo practico cuando alguna vez siento esa inexplicable tristeza muy propia de la mujer...o cuando mi marido me tiene al borde de un colapso jejeje ¡y mira que me da resultado!,
al reír así, me cambia en automático el humor, y me mantiene alegre todo el tiempo.
Gracias amigas queridas!
Flaquita