La antigua ciudad de Qalatga Darband, que supuestamente fue fundada por Alejandro Magno (356-323 a.C.), ha sido descubierta después de haber estado perdida en el Kurdistán iraquí durante más de 2.000 años. El emplazamiento, que domina un río en la provincia de Sulaimaniya, muestra las huellas de un antiguo asentamiento fortificado.
Los investigadores creen que el asentamiento se levantó después de que Alejandro Magno marchara hacia la batalla contra el rey persa Darius III en Mesopotamia. Qalatga Darband -que en kurdo significa algo así como castillo del paso de montaña- podría haber sido la casa de los comerciantes de vino para los soldados y los mercaderes que recorrían la ruta de la victoria.
”Es temprano, pero pensamos que habría sido una ciudad bulliciosa en una carretera que iba de Irak a Irán”, dijo a The Times el arqueólogo John MacGinnis, del Museo Británico. MacGinnis y su equipo están trabajando en Iraq, preparando investigadores locales para identificar y rescatar tesoros arqueológicos amenazados por la guerra.
La ubicación de Qalatga Darband empezó a descubrirse gracias al espionaje. Una fotografía tomada con un satélite de los Estados Unidos en la década de 1960 fue el punto de partida. La operación formaba parte del programa Corona y terminó siendo desclasificada en la década de 1990, lo que ayudó a los investigadores a identificar el contorno de unos restos sospechosos.
La guerra evitó que los arqueólogos examinaran más de cerca la zona hasta que llegó el siglo XXI, cuando se utilizaron drones para examinar el paisaje. ”El dron nos dio una excelente información”, dijo MacGinnis. Los análisis sobre el terreno han revelado los cimientos de una serie de grandes edificios enterrados, incluyendo un muro fortificado y prensas de piedra que podrían haber sido utilizadas en la producción de vino o aceite. También se han hallado tejas y estatuas que podrían representar a Perséfone y Adonis.
El equipo que dirige MacGinnis aún no sabe con exactitud la fecha de los restos, aunque cree que se sitúan alrededor del siglo I o II a.C., porque han encontrado una moneda en la que aparece el rey parto Orodes II, que gobernó del 57 al 37 antes de Cristo. Por eso entienden que la ciudad estuvo en uso mucho después de fallecer Alejandro Magno. La excavación se espera que continúe hasta el 2020. Los arqueólogos consideran muy probable que se encuentren mucho más restos.