La ONU ha vuelto a publicar su Informe Mundial de la Felicidad y otra vez ha vuelto a avivarse la polémica. ¿Acaso es posible medir la felicidad de un país? La respuesta, según el organismo internacional, no sólo es afirmativa, sino que insiste en que los gobiernos deben fijarse siempre en los parámetros que miden cuán felices son sus habitantes. De ahí la difusión de este estudio, que Naciones Unidas publicó por primera vez hace cinco años al instaurar el Día Mundial de la Felicidad un día como hoy, 20 de marzo.
Noruega es, según el informe de Naciones Unidas, el país más feliz del mundo. Ha conseguido desbancar al mismísimo Dinamarca con su ya famoso hygge -algo así como una filosofía basada en el bienestar, la calidez, la vida tranquila y el cuidarse los unos a los otros-, aunque los daneses siguen ocupando un nada desdeñable segundo puesto. De hecho, los países nórdicos son los líderes indiscutibles de la felicidad mundial y casi copan el top 10 de la lista.
Noruega desbanca a Dinamarca como el país más feliz del mundo, según el último Informe Mundial de la Felicidad de la ONU / IMAGEN: WORLD HAPPINESS REPORT 2017
Pero, ¿por qué Noruega? Para aquellos que asocien la felicidad con el buen tiempo o la fiesta se antoja difícil comprender cómo es posible que los noruegos -y los nórdicos en general- sean los más felices. Sin embargo, el informe de la ONU tiene en cuenta seis factores principales para elaborar su ránking: el PIB per cápita (es decir, los ingresos), la esperanza de vida, el apoyo social, la ausencia de corrupción, la libertad para tomar decisiones y la generosidad. Todos ellos, mensurables.
Es decir, que a juicio de Naciones Unidas la felicidad está directamente relacionada con la constitución del estado del bienestar. Así lo corrobora también Anders Barstad, un sociólogo noruego consultado por la agencia alemana DPA: «Somos un país rico. Tenemos muchos recursos y un nivel alto de ingresos. Además, en los países nórdicos hay muy pocas diferencias de ingresos. Hay poca pobreza y desempleo», explica el experto.
El mismo informe de la ONU menciona la importancia del petróleo y el gas noruegos, especialmente por la capacidad del país de «producir lentamente su petróleo e invertir los ingresos en el futuro en lugar de gastarlos en el presente». Este es el mismo motivo por el que el país de los fiordos y las auroras boreales se ha librado del «ciclo de auge y desastre de muchas otras economías ricas en recursos». En este sentido, cabe destacar que Noruega no forma parte de la Unión Europea.
Este último podría ser el caso de Estados Unidos, que ha pasado de ser el tercer país más feliz del mundo (en el 2007) a ocupar el decimocuarto puesto (de 155). España figura en el puesto 34, por detrás de otros países de la Unión Europea como Austria (13), Irlanda (15), Alemania (16), Bélgica (17), Reino Unido (19) o Francia (31).
En el polo opuesto, y respondiendo a los mismos motivos, están los países menos felices del mundo. La República Centroafricana ocupa el último lugar de la lista. A la cola también figuran otros muchos países del África Subsahariana, Siria (152) Yemen (146) y Haití (145).
La intencionalidad de la ONU con su Informe Mundial de la Felicidad es claro: que los gobiernos de todo el mundo tengan en cuenta los seis parámetros que, en su opinión, miden si la población es feliz. De hecho, ya existen países que cuentan -o han contado en algún momento- con su propio Ministerio de la Felicidad. Emiratos Árabes Unidos ha sido el último en subirse al carro y Abu Dhabi también nombró a una ministra de esa innovadora cartera el año pasado.
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