Si me siento tentado a confiar únicamente en mi poder personal para superar un desafío en mi vida, me detengo y pienso: ¿Puedo cambiar una llanta usando solamente los músculos para levantar el auto? Simplemente no funcionaría, ni sería sabio o seguro. Sin embargo, si uso la herramienta correcta para levantar el auto o pido ayuda a otros, la tarea se hace más fácil.
¿Acaso trato de superar un desafío utilizando sólo mi poder humano, en lugar de confiar en mi poder divino que puedo invocar a través de la oración? El poder de Dios que está dentro de mí es un recurso inagotable y lo uso para superar todos los desafíos de la vida. Tengo fe y me entrego a mi poder divino para enfrentar los obstáculos de la vida con calma y certeza.