El Mejor de los Dones: La Capacidad de Elegir
¿Qué sería de nosotros sin el maravilloso don del libre albedrío? ¿Sin la oportunidad de decidir en medio de ese maravilloso espacio entre el estímulo y la respuesta?
Ciertamente el mundo está lleno de desgracias fuera de mi control… pero el universo de posibilidades donde tengo injerencia es más grande que el mayor de los pesares. Las lagrimas que podemos evitar causar, son más que las que no podemos secar y a diario ruedan.
En los asuntos de la genética tal vez no soy todo lo alto o todo lo flaco que quisiera, sin embargo, no dejo de maravillarme por esa magia de mis pulmones para transformar el aire en vida. Puedo elegir valorar el regalo de la vida o seguir buscándole pintos al arroz, y excusas para no sonreír.
No puedo regresar los años transcurridos en el sedentarismo… pero es maravilloso decidir empezar ahora, bajarme de la cama y subirme a los tenis; enero se acabó… al diablo la lista de buenos propósitos; las acciones son lo único que valen la pena. Hoy mismo: Ahora; esa bendita palabra: Ahora.
Nunca acabaría de compararme; así que no tiene caso. Es más sencillo aprender a quererme y cuidarme… sobre todo a partir de la palabra más poderosa del universo: Auto aceptación. Cuando me acepto, me amo, y entonces… sólo entonces, puedo amar a otros.
En los asuntos del corazón, aun después de sentir que se me hacía trizas persiguiendo aquellos ojos de hechizo, y aquellas manos irrepetibles, me quedan fuerzas para experimentar la humildad del adiós. La mágica aceptación de lo que no tenía por que ser. Ya no está tu figura de duende, recortada en el naranja de la tarde, con aquel “hasta mañana”… pero ha sido tan reconfortante el ya no pedir explicaciones y desearte que te vaya bien. Que tengas cielos más azules. La vida sigue… y tengo el don de caminar con ella.
No están ni tu boca, ni tus dedos, ni la tinta de tu voz escribiendo un para siempre. No está esa pieza del rompecabezas, donde iba tu cara, ni ese café encantado, pero el desearte luz sublima la nostalgia y un Padre Nuestro se fue en tu maleta.
El misterio esté en el cielo. Allá que se quede. Ya no trato de entenderlo. Dejar de pelearme con la madeja del estambre, me deja las manos libres para trabajar en la tierra.
En los asuntos de la familia, a la que dicen que no escogemos… creo firmemente que la vida nos la presentó desde antes de nacer… pero sea cual sea el caso, elijo amarlos sin condiciones. Si caminan a su ritmo, está bien, no los cargo. Si se alegran rió con ellos, y su llanto no puedo evitar que me duela… menos aun el que ellos mismos se siembran, pero en esos casos aprendo a ver los toros desde la barrera. Cada quien elige su propio camino y es de respetarse. Lo escojo así. La otra, es inmolarse en el ruedo, pero lo de mártir es la peor de las inversiones. Algunos aprenden vía comprensión, otros, vía fregadazos… me dijo alguien muy querido.
En los asuntos de la amistad, es hermoso confiar, esperar mil cosas buenas de la gente. Recibirlos espontáneamente alimenta el alma. Entender que no están obligados, templa el espíritu. Así, dice Anthony de Mello, si llega, lo disfruto; si no, no tengo porque sentirme mal. Es contemplar los deseos concedidos, como a alguien muy querido, que te encuentras casualmente en el camino, y te acompaña. Pero eliges no hundirte si caminas solo.
En la confianza se abre un espacio para la interdependencia. La codependencia no conviene, pues masacras el tiempo resolviendo la tarea de otros, mientras te olvidas de la tuya. Y la independencia egoísta nos aísla, nos deja solos… y no conozco ningún ermitaño que haya hecho algo grandioso por el mundo. Depender y que dependan es sano, mientras no elijamos ceder el control remoto de nuestras vidas. Siempre podemos escoger.
En los asuntos de la confianza, aceptas que la seguridad que pides no existe. No hay garantías; si las hubiera, la fe sería una burla y una gran mentira. No sabes si la gente te será leal, pero elegimos ser leales de todas maneras. Teresa de Calcuta vivió y murió creyendo en la capacidad humana para el amor. Por eso no lo hablaba; lo practicaba. Fue una eterna optimista. Y cuando miras sus pasos incansables, sus bolsillos vacíos y sus manos gastadas, te das cuenta que la decepción no cabe en tu corazón. Por eso, nunca te desilusiones de los humanos, nunca dejes de creer. Sin fe, estamos muertos. Elijo esperar cosas buenas de la gente. La otra es amargarte con una interminable lista de cuentas pendientes, que terminamos por facturarles a otros que ni la deben ni la temen. A veces, un corazón enojado no busca quien le hizo sino quien se la pague. Y vamos por la vida jodiendo gente. Por eso, elige no guardar rencores… te vuelven tirano.
Una gran y maravillosa amiga, otra madre que la vida me regaló, un día se fue de la psicología refunfuñando de la gente, dolida por tanta ingratitud y podredumbre humana. Pero es una incorregible bonachona, y aun con el corazón espinado ama y ama y sigue amando. La he visto voltear a ver a quien la lastima y mandarle bendiciones con los ojos aun mojados. En su corazón no cabe el rencor, y termina por elegir seguir creyendo. De ella aprendí una lección monumental sobre el amor: nunca te acuestes y despiertes para siempre con alguien a quien no AMES con mayúsculas.
Y eso es siempre una elección. Por eso, no hay amor más grande… la vida nos premió con ese hermoso poder para escoger. Ni la genética, ni la historia, ni los legados transgeneracionales, ni los mapas mentales, ni los paradigmas rancios, ni el pasado tortuoso empleado como excusa, ni nada, nada, nada, se compara al poder de la elección. El mundo de las decisiones personales, es ese espacio interno de poder revitalizarte para caminar a favor del viento, no a merced del mismo.
Que si mi padre ausente, que si el niño maltratado, que si la niña olvidada, que si la madre distante, que si los hermanos abusivos, que si no fue la dulce abuelita de los cuentos, que si a mí no me abrazaron, que si se fue sin decir agua va… ¡Déjalo Ya!
Lamerse las heridas como gato no te lleva a nada. ¡Párate por Dios, párate, párate y súbete al tren de la vida! Nos vemos muy mal ahí tirados, bastante fachosos y desgarbados.
Arréglate esa corbata, endereza los hombros.
Sécate las lágrimas y ponte de pie otra vez… Se acabó, no vuelve, punto. El mundo no se para y lo sabes. Deja la melancolía y la filosofía barata. Reacciona, trabaja, resuelve tus pendientes. Deja de quedar mal por todos lados pretextando depresión
Si necesitas filosofar con un café, arreglar el mundo y encontrarte a ti mismo hazlo en tus ratos libres, (es un consejo de Bill Gates). Pero no tires tu trabajo ni tu desarrollo personal a la basura. Eso, eso también es una elección
¡Abraza a tus hijos! ¿Que no me lo enseñó mi padre? ¡Pues aprendo con una fregada! Ellos no tienen la culpa. No les factures a ellos tus notas de consumo no pedido.
¿Que tu padrastro te pegaba y por eso eres alcohólico? Si ya se murió, ¡felicidades! Pero ya perdónalo. Si aun está vivo, dale un abrazo de perdón…
¿Qué no te nace? ¡Dale una patada en el trasero entonces, pero deja ya de hacerte daño!
Nadie vendrá a rescatarte. ¿En serio no te has dado cuenta? La Liga de la Justicia era una caricatura, el Capitán América no vendrá a devolverte lo que te quitaron. Ya suéltalo, déjalo pasar, se acabó. ¿O será que nos gusta la vida cómoda de las excusas y la queja eterna?
Hay quien hace del dolor un arte. Entonces, se convierte en sufrimiento. Pero siempre podemos elegir. Recuérdalo; o me quedo a mendigar migajas o voy por el pastel completo. No hay pretexto para no vivir al máximo.
He aprendido a dejar de explicarle a la vida cómo me caí en el hoyo…
Lo que la vida me estaba gritando era:
¿Qué rayos haces aun allá abajo?????
Los Gritos me asustan, por eso me salí.
Acá “afuera” está más fresco.
|
Tema anterior
Primer 
