LA VENDIMIA
Tantas veces busqué tu rojo beso en tu septiembre fértil de cosecha... Detrás de cada pámpano la brecha, la herida derramada en el exceso.
El mosto por mi sangre en el proceso, tus arterias teñidas de sospecha por esas manos mías, donde acecha el amoroso tajo en el suceso.
Cálido y denso el néctar que me embriaga Y me une a la tierra en sus raíces en una trasgresión de los sentidos.
En tu verdad mi sueño se propaga enfundado en fantásticos matices dejándome su huella y sus latidos.
Vicente Mayoralas
Quijote
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