Prudencia.
Este viejo adagio dice mucho con muy poco:
"Elogie en público, critique en privado". Es una buena idea, seas tu el ejecutivo de una compañía, maestro o padre de familia. A la gente le gusta ser elogiada, y aún más si es en público. Pero a nadie le gusta que sus errores sean publicados a los cuatro vientos. La persona prudente sabe cuándo y cómo elogiar o acusar. en general, sin embargo,siempre es mejor "construir" a la gente que destruirla. Una palmada en la espalda consigue más que "un puntapié en el trazero", se obtiene lo mejor de los demás si uno da lo mejor de sí mismo.
Si tienes que criticar hazlo en privado, sin el apasionamiento de la rabia. La intención de la crítica es ayuda, no herir, la crítica no tiene porque ser negativa, todo depende de cuán gentilmente se dé y cuán amablemente se reciba.
Espíritu santo, dame la sabiduria para hablar siempre con bondad y tacto.
para ustedes.
maroga.
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