Nuestras actividades diarias son importantes y necesarias, y tenemos obligación con cada una de ellas, ya sea en la casa, en la oficina y con la sociedad. Desafortunadamente muchas veces nos excedemos y llegamos a nuestros límites.
Energía pura
Sin embargo no siempre nos sentimos recompensadas por los esfuerzos que hacemos para cumplir con nuestras metas. Sentimos que todo el tiempo invertido en alguna labor, difícilmente será valorado, y entonces caemos en depresión.
Así es que lo mejor es premiarnos nosotras mismas y despejarnos para cargarnos de energía. A continuación te damos algunas recomendaciones para lograrlo:
• Primero dale un receso a tus actividades, pues tu mente también necesita de energía.
• Encuentra un tiempo diario para estar a solas contigo misma, ocúpalo para relajarte y no pensar en nada.
• Diez minutos antes de dormir escucha música relajante y con sonidos de la naturaleza, te ayudará a dormir plácidamente.
• Sé responsable y procura tu bienestar económico, pero no dejes pasar meses de tu vida luchando por conseguir lo material.
• Haz actividades que nutran tu alma y despejen tu mente, como compartir una tarde con las personas que te aman, saborear en compañía de tus seres queridos una espléndida cena preparada por ti misma, salir a caminar en un bosque, dedicar un par de horas a leer un buen libro.
• No te alejes de la vida social, pues es muy sano compartir ideas, alegrías, sensaciones, dolores y tristezas.
• No cultives relaciones enfermizas, por más que te duela, si la relación con alguien te deprime o te arrastra problemas, es mejor salir de ella cuanto antes. Rodéate de gente positiva y comparte más tiempo de calidad con los que amas.
• Ten alguna actividad física cada día: ejercicio, cuidar el jardín, lavar tu auto, arreglar tu clóset. Invertir energía en actividades diferentes a las cotidianas desbloquea tu mente y te llena de sensaciones nuevas.
• Aprende a decir que amas cuando lo sientas. Te valorarán más, te harás más sensible y la sensibilidad engrandece.
Y recuerda, siempre sé honesta contigo misma. Y cuando merezcas un aliciente, regálatelo, no esperes a que alguien más lo haga por ti.