Pero si hemos hecho posible, y en nuestro corazón hecho todo lo sabemos que ahora no hay nada más que hacer, entonces, dejemos que se vaya lo que nos quita la tranquilidad.
Después de haber repasado los "qué hubiera pasado si..." y los "por qué?", quizás aprendamos una lección valiosa.
Y descubramos que si bien fue doloroso, crecimos por la experiencia.
Aprender a dejar ir las cosas, en vez de preocuparnos por lo que pudo haber sido, con el tiempo podría ser más valioso que aquello que hemos dejado ir.
"Todo lo que sucede, sucede por una razón"
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