- Aceptar al otro como es, asumir que nadie es perfecto y sobre todo, no intentar cambiarle. A veces dedicamos mucho tiempo intentando que el otro u otra cambie, y esto es un error ya que nadie puede cambiar a nadie. - Buscar actividades comunes para compartir. Esto no quiere decir que haya que estar siempre juntos, ni renunciar a los propios gustos en beneficio de los de otro, pero si tener proyectos e ilusiones comunes. De esta forma se acaba con la rutina y el aburrimiento que a veces llevan a la pareja a necesitar llenarse de ilusiones al margen del otro. - Cuando se tiene un mal día, no se debe descargar el mal humor sobre la pareja. Si intuimos que va a ser así, tal vez sea mejor que nos tomemos un tiempo para estar a solas, reflexionar y dejar que pase ese mal humor. - Poner interés en atender las necesidades del otro. La mayoría de las parejas tienen dificultades porque se preocupan más de atender sus propios intereses y deseos aunque ello suponga desatender a la pareja. - Expresar sentimientos positivos, es decir, valorar y reconocer al otro, expresar elogios, sentimientos de afecto, resaltar sus éxitos. A veces las parejas se acostumbran demasiado pronto a lo bueno que puede estar ofreciéndole una determinada relación, llegan a verlo normal y no saben apreciar ni observar lo bueno que hay en el otro. Es importante no solo apreciarlo sino también reconocerlo y en ocasiones comunicárselo al otro. TOMADOS DE LA RED Mara
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