arroyos que viven en tu memoria.
Vive intensamente la paz del sueño.
Aprende a tomar vacaciones de un minuto,
al detenerte a mirar una flor, al conversar con un amigo, al contemplar
un amanecer o al leer algunas líneas de un buen libro.
Recuerda cada día la fábula de la liebre y la tortuga, para que sepas que
vivir más intenso no quiere decir vivir más rápido y que la vida es más que
aumentar la velocidad.
Voltea hacia las ramas del roble que florece y
comprende que creció grande y fuerte porque creció despacio y bien.
Ten calma, desacelera el paso y echa tus raíces en la buena tierra de lo
que realmente vale, para así crecer hacia las estrellas.
Hellen Keller
(Ciega, sorda y muda de nacimiento)
Mara