ABRE TUS BRAZOS…
Abre tus brazos, tanto como para sostener todo lo que has amado. Abre tu corazón para que en él esté, todo lo que te es amado. Ahora estíralo un poquito más, para que en él coloques lo mejor de nuestro querido mundo. Con eso sentirás renovar tu mente, y al poder mirar dentro de ti con una mirada diferente, verás que tu corazón ha crecido. Abrázalo. Siente la dulzura de su miel. Ahora pide, para que esté a tu lado, un corazón que así no haya sentido. Pide muchos corazones, porque uno solo… es poco. Todo tú, abrázalos a todos. Abraza con tu corazón sus corazones, sus caras, sus hombros, sus brazos, sus manos, sus pelvis, sus piernas, sus dedos... sus desgarros, sus lágrimas y sus ilusiones… y cuando los abraces… siente y logra que también ellos sientan, la fuerza de la vida que de todos ha brotado, como un único y bello haz de luz. Como un haz de luz que ilumina y abraza muchos más corazones que los que tú inicialmente abrazaste. Porque abraza a los que nunca esperaron que tú los abrazaras y que quizás son los que más te necesitan. Abraza la totalidad de ti mismo. Abraza tus heridas y tus tiernos rebrotes. Tus dolores, tus esperanzas e ilusiones. Ahora y sólo ahora, estás abrazando esas partes de tu vida, que nunca pudiste tocar, y estás bebiendo todo esto dentro del más profundo, hermoso y gentil acto de amor........
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