Se encendió la rosa fulgurante afuera de la ventana,
ha estallado una rosa,
parecemos las víctimas del incendio, azorados, ávidos de su belleza.
Ahora todo tiene color, contraste, vuelo.
Vengan a ver la rosa, vengan,
tiene un grito amarillo despiadado, es un lujo, es una enhiesta vara para golpear el cielo,
vengan a la rosa amarilla que nos dejó perplejos vengan a ver la rosa mía.
Alejandro Aura
Quijote
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