dentro vacíos.
Mendigos de un abrazo, de consuelo, de un
beso, una mirada, de la presencia de un
verdadero amigo o simplemente de una
palabra de cariño.
Mendigos que sienten vergüenza de admitir
que aunque tienen todo lo material, viven
en la pobreza espiritual y se sienten
frágiles como niños.
Mendigos que darían todo lo que tienen por
encontrar el verdadero amor o hallar
dentro de sus familias la paz y
el calor de hogar. Mendigos que temen volver a amar, porque
ya bastante han sufrido han sido
traicionados y heridos, tienen miedo
de confiar.
Hay muchos hombres y mujeres que les
cuesta aceptar y expresar la necesidad
tan grande que tienen de sentirse
realmente amados y valorados;
Madres que imploran la atención de sus
hijos; abuelos olvidados, niños y jóvenes
que aunque lo tienen todo, se sienten
abandonados por sus padres.
amor y la amistad no se deben mendigar,
se merecen por dignidad; fue la herencia
que a todos sus hijos Dios por igual
nos ha dejado;
Pero aún así son demasiados los corazones
rotos; que aunque por fuera se ven
elegantes y bien vestidos; realmente en
su interior están destrozados.