El consejo que damos a los amigos es una responsabilidad enorme,
una que la mayoría de nosotros tomamos a la ligera.
Nuestras palabras de ánimo pueden cambiar la vida de una persona,
mientras que nuestro juicio y apatía pueden causar graves perjuicios.
La tarea más importante que tenemos hoy es ser un mejor amigo.
¿Estás escuchando o sólo saltando a las conclusiones?
¿Hay intenciones ocultas enredadas con tu consejo?
La regla de oro es,
"¿Estoy genuinamente interesado en esta persona?"