¡Alegría!
Nuestra sugestión para esta semana es la de que establezcas un
objetivo simple para tu vida: ser alegre.
Para tanto, no debes confundir alegría con felicidad. La felicidad
depende de las circunstancias, del momento, sendo absolutamente instable.
Vivir buscándola es como “perseguir el viento”.
La alegría, todavía, es una escoja: ella viene de la fe, de la
confianza en Dios, de la certeza de un futuro mejor.
Por eso, reunimos diez razones para que te sientas alegre y
animado desde ya, municiándote de la necesaria fuerza para enfrentar los
desafíos que aparezcan y para construir un futuro en el Bien. Vamos a
publicarlas durante esta semana, dos por vez, empezando ahora:
No estás sin rumbo – no sabes que dirección tu vida tomará. Sus
dudas acerca del futuro nunca han sido tan fuertes. Tanto en tu vida
afectiva cuanto profesional, no tienes idea del próximo paso a ser
dado. ¿Que hacer? Confíe en Jesús. Él te guiñará.
Ser libre depende solamente de ti – sin perdonar a los otros y a si
mismo, no es posible seguir enfrente. Perdonar es un proceso
personal: nadie puede realizarlo por ti. Y, sin perdón, no hay como ser
verdaderamente libre. La noticia buena es, por tanto, que tu libertad
sólo depende de ti mismo.
No hay sufrimiento que dure para siempre – Dios es infinitamente
Misericordioso y, por intermedio de la Bondad de Él, días mejores por
supuesto vendrán. Por medio de las dificultades vencidas con fe y
resignación, construyese el propio bien y la alegría real.
Observe las maravillas de que se puede valerse – no solemos
observar las bellezas del mundo en que vivimos:
el Sol, las estrellas, la naturaleza como un todo.
Al mirar el firmamento, es imposible no
meditar acerca de la grandeza de Dios –
con un padre tan poderoso, ¿que hay para temer?
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