El Lenguaje del Amor
En el lenguaje del amor no podía faltar lo que revolucionó a finales del siglo XIX y principios del siglo XX
el lenguaje del Abanico, ese instrumento que en el día de hoy conocemos todos y que lo utilizamos para
refrescarnos en días intensos de calor, pero que en aquella época fue objeto imprescindible para hablar
sin palabras pero sí con gestos a través de los movimientos de las manos y la forma de posicionar el abanico.
Este lenguaje con parte de erotismo y parte de misterioso, lo practicaban las damas de alto nivel
en los bailes de sociedad, bien para comunicarse con sus amantes o bien para empezar su primera
relación amorosa, ya que siempre iban acompañadas por la madre o alguna señorita de compañia,
haciendo imposible el contacto directo con la persona que querían seducir o que la sedujeran.
Indudablemente este lenguaje complice de muchos secretos hizo furor tanto en hombres y
mujeres de la época con un entendimiento perfecto de lo que querían transmitir.
En el siglo VII fue inventado en Japón el abanico pequeño y plegable haciéndole de uso personal,
después paso a Europa y arraigó con fuerza su utilización en España, perdurando hasta nuestros días,
haciéndole uno de los objetos más significativos de nuestro país.
A continuación vereis lo complicado de estos gestos que con el baile de las manos y las caricias
al abanico hablaban sin despegar los labios, son 20 formas de comunicar el amor.
1.- Abanicarse rápidamente: "Te amo con intensidad".
2.- Abanicarse lentamente: "Soy casada y me eres indiferente". 3.- Cerrarlo despacio, significa "sí", si se abre o cierra rápidamente significa
"cuidado estoy comprometida".
4.- Cerrarlo de forma airada, quiere decir "no".
5.- Dejar caer el abanico: "Te pertenezco". 6.- Levantar el flequillo con el abanico: "Pienso en ti, no te olvido". 7.- Cubrirse del sol: "Eres feo y no me gustas". 8.- Contar las varillas o pasar los dedos sobre ellas: "Quiero hablar contigo". 9.- Apoyarlo sobre las mejillas significa: en la derecha "si" en la izquierda "no". 10.- Prestarlo o dárselo a la madre: "No quiero saber nada de ti".
11.- Dar un golpe fuerte sobre un objeto: "Impaciencia". 12.- Sujetar el abanico abierto con las dos manos: "Olvidame". 13.- Cubrirse los ojos con él abierto: "Te quiero".
14.- Si se cierra el abanico tocándose los ojos: "Cuando te puedo ver". 15.- Cubrirse la cara con el abanico abierto: "Sigueme". 16.- Abrirlo y mostrarlo significa: "Puedes esperarme". 17.- Apoyarlo sobre los labios a medio abrir: "Puedes besarme". 18.- Llevarlo en la mano izquierda: "Deseo conocerte". 19.- Llevarlo en la mano derecha: "Amo a otro". 20.- Arrojar el abanico: "Te odio".
Como podréis observar es un lenguaje difícil y a la vez muy sugerente lleno de seducción,
donde las miradas, las manos y los gestos jugaban un papel importantísimo a la hora de enamorar.
D/A
Con mucho cariño
Besitos
Athala
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