Me siento huérfana. Yo y milones de personas más por aquí y por allá. La que era mucho más que una cantante era de hecho la representante en grado máximo de Sudamérica. Esta mujer, que desangró con las heridas expuestas de nuestros peores años, denunciaba en español las atrocidades de todo un continente. Yo crecí en esta época, aunque la haya comprendido mucho después, y fue con la voz de Mercedes Sosa que aprendí a ser sudaca. El espejo más que honrado.
La Negra se calló, por fin. No diré que haya cumplido lo suyo, con tanto porvenir, siempre encontraba una manera de decir más. Sí, estamos solos. Se calla la propia Pacha Mama. De mi parte, no lo alcanzo con palabras. Me recuerdo sola en mi habitación y esa voz que me hacía bajar la cabeza en silencio para no perder ni siquiera un respiro, este momento intenso se tradujo cuando la vi en persona. Mercedes emanaba alma. Un corazón entero delante de la vida.
Divina.
Que las nuevas generaciones también puedan encontrar en la obra de Mercedes Sosa su reflejo y que su voz les recuerde de todo de lo que estamos hechos.