Cómo soltar
La Revista - Artículos
Escrito por Lea Hamann
Domingo, 18 de octubre 2009
www.es.eelea. com
Traducido por Maribel González – marigo28@gmail. com
Todos
tenemos cosas a las cuales nos aferramos. Algunas cosas ya no son
útiles para nosotros, pero seguimos quedándonos con ellas. Como viejos
hábitos o conocidos a los que nos sentimos presionados a llamar cada
dos semanas aunque no tengamos nada que decirles. A veces incluso son
las cosas que se amontonan en nuestro escritorio o en nuestro sitio
para guardar cosas. Muchas personas me dicen que ellas tratan
desesperadamente de soltar ciertas cosas. Yo trato de soltar mi
relación pasada. Yo trato de soltar mi hábito de juzgarme. Quiero dejar
de fumar y de tomar y de trabajar tanto. Pero simplemente no funciona.
Todavía me agarro a ello.
El
método más común para soltar es intentar hacerlo a la fuerza. ¿Cuántas
personas conoces que dejaron de fumar? ¿Y cada cuánto paran? Una vez al
año, o cada dos semanas tienen esta intensa sensación de vergüenza y
tratan de convencerse a sí mismos: Esta vez venceré este hábito. Esta
vez seré fuerte. Esta vez, de verdad pararé. Pero forzarte a ti mismo
realmente nunca funciona.
¿Alguna
vez en verdad has visto a alguien que perdió mucho peso a la fuerza?
¿Notaste lo hambrientos y lo vacíos que se veían? De seguro te
deslumbraron con verse diferentes y usar ropa nueva pero, ¿alguna vez
has mirado más allá de lo que ellos querían que vieras? Después de
alejar el peso de más de su cuerpo - ¿donde va el peso? Simplemente se
acumula fuera del cuerpo y se posa ahí. Y esta infeliz energía que se
sacó a patadas de la casa – ¿adivina lo que esta energía está
esperando? – Regresar de nuevo. Así que tan pronto como hayas terminado
de luchar y de huir de ti mismo, toda la energía que no te gusta
entrará de nuevo. Luchar no funciona.
El
método más interesante para mí es empezar a observar. ¿A qué es lo en
realidad me estoy aferrando? ¿Es realmente al humo del cigarrillo al
que me estoy aferrando – o es a la sensación de algo seguro, algo
confiable y conocido que siempre está ahí para mí -? Una señora una vez
me contó sobre su estresada vida. Ella trabajaba duro todo el tiempo.
Excepto por estos 3 descansos de cigarrillos todos los días en que
salía a hurtadillas al jardín y se sentaba para relajarse. Ella vino a
mí para dejar de fumar. Y tuve que decirle: Esta es la única forma de
amor, de tranquilizarte, de darte tiempo a ti misma que estás aceptando
ahora. ¿Y quieres que yo te quite este poquitín de amor? Perdón, no
puedo hacer eso. Pero puedo ayudarte a comprender lo que fumar
realmente te proporciona ahora mismo. Por supuesto ella no estuvo muy
contenta conmigo al principio, porque ella realmente odiaba fumar.
Por
supuesto que no me quedo con observar para siempre. Después de un
tiempo de no luchar con mis hábitos, de no juzgar, de no huir de ellos
algo sucede. Tengo la oportunidad de reconectarme con lo que realmente
necesito. Mira, más allá de cada hábito, de todo a lo que te aferras,
hay algo verdadero y honesto, que sencillamente necesitas. Y debido a
que esta necesidad nunca ha sido reconocida y atendida,
desesperadamente nos aferramos a toda clase de cosas. Como un niño que
necesita amor. Y entre menos amor obtenemos, más nos aferramos a los
lindos juguetes que nuestros padres compran. Y algún día tenemos una
casa llena de juguetes y no sabemos por qué no los podemos soltar. No
son los juguetes lo que necesitamos. Sino el amor que nunca tuvimos a
lo que nos aferramos. Y alejar esa necesidad aún más no resolverá el
problema. Esta necesidad ha sido alejada por mucho tiempo.
La
clave final para soltar es empezar a recibir. Cuando empiezas a recibir
amor de tu alma te libras a ti mismo. Cuando empiezas a recibir todas
estas cosas minúsculas que realmente necesitas, algo puede sanar. Sólo
porque no tuvimos una niñez amorosa no quiere decir que hoy no podamos
recibir esta particular clase de amor. Ni siquiera tenemos que salir y
buscar nuevos padres. Ya tienes este hermoso progenitor dentro de ti.
¿Sabías que eres un hijo de tu alma? Y ella te ama en verdad y
sinceramente.
Yo
nunca tuve un perro cuando era una niña. Mis padres decidieron que no
podía asumir la responsabilidad. Pero ahora, años más tarde, por fin
tengo un perro. Mi alma no considera que no esté lista. Me llevó algún
tiempo recibir la belleza y el gozo de realmente ser dueña de un perro.
Por un tiempo cuando lo caminaba se sintió como caminar el perro de
alguien más. Yo era muy tímida y tenía miedo de cometer algún error –
porque parte de mí todavía cree que no puedo asumir esto -. Pero
lentamente estoy comenzando a recibir. Estoy recibiendo un sueño bobo
de infancia. Y cuando me despierto en la mañana y lo veo, muchas niñas
pequeñas dentro de mí brincan de alegría.
El
momento de recibir es un momento decisivo. Recibir más tiempo para ti,
más quietud, más abundancia, más amor, más suavidad, te librará. La
parte de ti que se ha estado aferrando a algo allá afuera finalmente
llega a recibir algo real. No creas que no puedas tener este amor, este
espacio, esta experiencia, esta amorosa relación – sí puedes.
Simplemente no la encontrarás allá afuera. Tendrás que encontrarla
primero en ti mismo. Tu alma está más que deseosa de ayudarte a
recibirlo. Y mientras estás ocupado recibiendo, ¿adivina qué pasa de
forma natural? Sueltas las viejas energías que ya no te sirven. Es como
poner a un lado las muletillas después de que tu pierna se sana. Ya no
las necesitas. Te libras a ti mismo. Lleva más tiempo y paciencia. Y
talvez tengas que empezar a conectarte con tu alma. Pero es la única
manera de soltar y recibir algo nuevo al mismo tiempo.
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