Concepción del alma según Platón y otros filósofos griegos
Para Platón todas las almas son inmortales; “Toda alma es inmortal, por que es inmortal lo que siempre se esta moviendo”. Es decir, según Platón, es inmortal todo lo que es capaz de moverse por sí mismo, sin jamás detenerse, y tiene la capacidad de mover a otros.
Este concepto que plantea Platón es imposible de comparar con el concepto judío ya que según Platón el alma es inmortal ya que está en constante y autónomo movimiento, mientras que para el judaísmo se podría decir que el alma es inmortal ya que sale de Dios y Dios a su vez es inmortal. Pero no tan solo eso ya que si nos detenemos en el significado o connotación que le dan los griegos a la palabra inmortalidad, vemos que para ellos significa algo que siempre a existido y siempre existirá, en cambio el judaísmo toma esta palabra como algo que nunca se acaba, pero a diferencia de la concepción griega, en un momento fue creada por Dios.
“Y formo Dios al hombre del polvo de la tierra e insuflo en su nariz NESHAMà de VIDAS...”
Pero si profundizamos en este tema podemos notar que el concepto de mortalidad e inmortalidad no puede ser utilizado al hablar de Dios, ya que Dios esta fuera de los límites de la mortalidad e inmortalidad, y por consiguiente las almas también lo están.
“ La neshamà está más allá del concepto de inmortalidad o mortalidad, por cuanto que en el proyecto original de Hashem(Antes de la caída de Adán) no estaba contemplada la muerte”.
En uno de sus textos Platón nos transmite la siguiente idea:
“ ...principio es algo ingénito, porque de necesidad todo lo engendrado se engendra por virtud de principio, mas principio de nadie se engendra, que, si principio se engendrara de algo, no se engendrara de principio alguno. Y por ser ingénito tiene que ser incorruptible, puesto que, si principio pereciera, no podría ya Principio ni engendrarse de otra cosa alguna ni engendrar de él algo, ya que todas las cosas han de engendrarse por virtud de principio. Así que principio de movimiento se mueve él mismo a sí mismo, y lo que así se mueve no puede ni perecer ni engendrarse; o si no, se detendría entera la máquina de los cielos y decaería toda generación. Habiendo, por el contrario, mostrándose como inmortal lo que a sí mismo de por sí se mueva, nadie se avergonzará de decir que es inmortal la sustancia misma del alma, que lo es por la misma razón dicha. Porque todo cuerpo que desde fuera sea movido es inanimado; al contrario, cuerpo que de dentro, de por sí y para sí se mueva será animado; que tal es la naturaleza misma del alma. Y si las cosas son así y si el alma es justamente (246) lo que a sí mismo se mueve, será el alma por necesidad ingénita e inmortal”.
Al leer este trozo comprendemos que, según Platón, todas las cosas provienen de Principio, el cual tiene la misma función, y los mismo atributos que D`s en el judaísmo, pero no es el Dios, por lo que se deja ver que para los griegos a diferencia de que para los judíos, Dios no es lo más importante, y más aún no es el creador de todas las cosas, lo cual es un principio básico para el judaísmo. Como lo dice el Rambam (Maimònides), en el primero de sus “trece principios de la Fe”: “Yo creo con fe absoluta que Dios es el creador y soberano de todas las cosas. El solo, ha hecho, hace y hará todas las cosas” , lo cual se dice al rezar todas la mañanas, junto a los otros doce principios.
Según Platón, tal como lo expresa en este trozo, todo lo inmortal es indivisible, por lo tanto el alma es indivisible. En cambio los kabalistas nos dicen que nuestras almas son partes del alma de Adán, es decir, las almas en algún momento se dividieron. Por otra parte también la conceptualizaciòn del alma se divide en tres: Nefesh, Ruaj y Neshama. Pese a que esta idea podría ser refutada ya que esta separación no es real, sino que solo es la idea, sabemos que algunos filósofos griegos consideran que la verdad de algo, es la idea de ese algo y no ese algo mismo, ese algo físico.
En tanto a la función que cumple el cuerpo con respecto al alma, Sócrates se refiere al cuerpo como una cárcel para el alma, y Platón algo bastante parecido, el cuerpo limita al alma. Esto nos deja ver que el cuerpo es considerado como algo malo para el alma, el cual no la deja acceder a la verdad.
Esta idea difiere en su totalidad a la idea judaica ya que en primer lugar el cuerpo no es una cárcel, si no todo lo contrario es vehículo que te permite interactuar con este mundo y este es el que le permite realizar las acciones que te llevan a un nivel espiritual mas alto, más cercano a Dios. Y en segundo lugar para el judaísmo si existe la posibilidad de conocer la verdad estando dentro del cuerpo, la cual es conocer y entender la torà, ya que su esencia es la voluntad de Dios.
“La voluntad y el deseo de la Neshamà alcanzan el estado de completitud que no poseen antes de la Creación a través del trabajo en Torà y mitzvòt”.
Luego de este análisis entre las concepciones del alma judía y griega, podemos decir con satisfacción que nuestra hipótesis estaba en lo cierto, ya que nos dimos cuenta durante la investigación y desarrollo de nuestro trabajo que pese a que en algunos casos ciertas ideas parecían semejantes, sus raíces o sus fuentes eran totalmente contrarias, lo que imposibilitaba encontrar en ellas un símil.
La realización de este trabajo se vio bastante dificultada en ciertos momentos ya que cuando llegamos al concepto “Alma”, generalmente se multiplican las definiciones, quedando finalmente el concepto pendiente en una aureola “espiritual” y “mística” sin contenido, objetivo, ni dirección. Es decir que cuando se habla de “Alma” o espíritu se trata generalmente de traducciones inexactas de las nociones hebreas originales.
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