Acerca de la Belleza y el Corazón
Cuando entramos en la cuestión de las paradojas de la vida -tiempo y espacio, el infinito y lo eterno, la forma y el espíritu- y permitimos que los opuestos nos afecten profundamente -a través de nuestros sentidos y nuestra energía vital-, entramos en la simplicidad trascendente, nos enamoramos, encontramos inspiración en la Belleza. Entonces, reafirmamos la vida, y aceptamos la muerte como una parte gozosa de ella. Celebramos ser libres sin huir del dolor y las limitaciones de viejas percepciones y lazos. Abrazamos a los demás con aceptación completa, imparcial, sin prejuicios. Comprendemos y perdonamos y elegimos darnos libremente. Más allá de lo imposible y lo irracional está lo Real: el Bien, la Verdad y la Belleza. Ambas, belleza y corazón se refieren al alma, esa dimensión del ser que llamamos conciencia que surje cuando nos paramos de cara a dos direcciones opuestas al mismo tiempo: hacia la eternidad y hacia el tiempo; hacia el infinito y hacia el espacio; hacia la unidad y hacia la complejidad. Manejamos esa dualidad sin ser duales porque concientemente podemos encajar los opuestos. Lo hacemos a través de identificarnos con ambos. Esta identificación da como resultado la experiencia de ser un individuo y al mismo tiempo ser el todo, sin que nos resulte contradictorio. Es fácil identificarnos con ser un individuo porque lo hacemos todo el tiempo. También es fácil identificarnos con el todo pero aquí es donde necesitamos más experiencia.
La única forma en que esto puede ocurrir es estando en paz, lo que implica que no hay series complejas de reacciones emocionales ni pensamientos referidos a nosotros mismos (que por tanto, nos limitan). La simplicidad o paz es un estado del ser que ocurre en el corazón, el alma, la conciencia de ser espíritu y forma al mismo tiempo. En esta conciencia no hay lugar para el ego como centro del ser, porque el ego es complejo.
En el Camino del Corazón, el viaje del alma, debe concederse el mismo valor al espíritu que a la forma porque la belleza de uno es la dimensión de la belleza del otro. Nuestro contacto con la realidad se efectúa siempre, o bien directamente en la forma o directamente en el espíritu (como ocurre durante la meditación). Pero cuando se experimenta la belleza de uno, la puerta hacia la belleza del otro se abre, aunque sólo si la belleza nos llega al corazón y es allí donde la experimentamos. El alma como el Corazón, es el instrumento de unión, y por tanto el contacto inicial con la belleza nos arrastrará de lleno a su más completa dimensión.
Aquello que confiere a nuestra alma su poder magnético de conectar los opuestos es el hecho de que nuestra alma es parte del todo. Nuestra alma individual es parte del alma de la humanidad, que a su vez es parte del alma del planeta, que a su vez lo es del anima mundi (literalmente, alma del mundo). No son almas sino alma. Alma es singular, no plural. Alma es la fuerza o poder que crea la unidad. Es omnipresente en todas las cosas. Es un puente que no se ve pero que mantiene a la forma intrínsecamente unida a la causa de su Espíritu. Alma es lo que crea una unidad entre realidades de tiempo-espacio y sus fuentes eternas-infinitas.
Es el alma de las cosa lo que requiere nuestra atención, la que nos toca el corazón y la imaginación para poder captar su esencia. Es el alma en la gente la que grita "préstame atención". Cuando no somos concientes, nos parece que es el ego el que grita, pero en realidad es el alma detrás del ego quien lo hace. Cuando nos enfrentamos a quien está gritando y no somos concientes, no escuchamos con el corazón. Entonces solo nos queda la opción de juzgar, rechazar, condenar, ignorar, acusar. Nos apartamos, fuera del Amor, no nos toca la Belleza.
¿Por qué gritan "préstame atención"? Todo el mundo envía el mismo mensaje todo el tiempo. Detrás hay otro mensaje "Quiéreme", y mucho más adentro, otro "Se uno conmigo". Al final, en el nivel más profundo, está la radiación de la verdad, "somos uno". Todos estos mensajes salen del alma y solamente el corazón de otro puede oirlos. Y los oirá si no está preocupado con su propia supervivencia o bienestar individual. Experimentamos el "Somos uno" cuando conectamos con la Belleza del otro en nuestro corazón.
El corazón no es solamente receptivo, es activo. Por tanto es yin y yang funcionando como unidad, y observa cuidadosamente cuando sale de si mismo y entra en otro.
Es a través del corazón que como partes nos mantenemos en armonía rítmica con el todo o con la realidad mayor. En el mundo biológico del corazón físico cuando se ponen en contacto una célula más grande con ora más pequeña, esta última detiene su ritmo (su latido) momentáneamente para alinear su latido con el ritmo de la célula mayor. Esto es análogo a lo que ocurre cuando cualquier manifestación de vida menor entra en contacto con una mayor. Es el poder de la transformación. Cuando nuestra conciencia entra en contacto con la Belleza, la que está en nuestra conciencia, detiene brevemente su influencia y empieza a alinearse con ella. Lo que hace falta es concentrarse de forma persistente en la Belleza para que tengan lugar suficientes transformaciones.
Lo que es más real y satisfactorio para cualquier parte es su lugar y su función dentro del todo del que es parte. Su crecimiento o autorealización tiene lugar cuando se alinea de forma completa con el todo y funciona como uno con él. Nuestro contacto con la Belleza hace posible que esta alineación tenga lugar entre nuestra personalidad y el Espíritu, entre nuestra individualidad y nuestro grupo, y entre nuestra humanidad y nuestra divinidad.
Somos uno.
1. ¿Qué actitudes tuyas te abren a experiencias profundas de unidad con otro?
2. Cuando la Belleza te toca profundamente, ¿qué efecto tiene sobre tus pensamientos y tus actos?
3. ¿Cómo podrías hacer para que experimentar la Belleza fuera una parte importante de tu vida diaria?