Cuernavaca es donde muchos residentes de ciudad México pasan sus fines de semanas. No es una novedad, esta moda ya existía durante el tiempo de los aztecas. Según nos comentó nuestro guía, los emperadores aztecas eran conducidos desde el centro de Ciudad México, o México Tenochtitlan, sentados en sus tronos hasta lo que es hoy Cuernavaca. El trono era cargado en los hombros de hombres que no eran sus esclavos sino sus más altos funcionarios y familiares cercanos. Era tanto lo que los aztecas admiraban al emperador que para ellos estar cerca de él, aun en tan ardua tarea, era un gran honor.

Cortés continúo la tradición de Moctezuma y fabricó su palacio de verano en esta ciudad. Fue a esta ciudad a donde se trasladó cuando se retiró, antes de partir definitivamente de regreso para España. El palacio, cuando visitamos en enero del 2002, era un museo presentando algunas obras de arte precolombino.

“La ciudad de la Eterna Primavera”, como también se le llama a esta ciudad, es muy acogedora. El clima es tropical y la brisa fresca se siente aun en las horas del medio día. Las plazas y los jardines de las antiguas mansiones crean una atmósfera algo tranquila, y también bohemia, que induce a disfrutar el momento y olvidar las preocupaciones.

Cuernavaca es la capital del estado de Morelos. Esta ciudad se encuentra a unos 1500 metros sobre el nivel del mar. De acuerdo al censo del 2000 su población cuenta con unas 327 mil personas, lo cual es un aumento considerable desde 1990 cuando se le estimaron 279 mil personas.

Para aquellos interesados en la arqueología y la vida antes de la colonización europea el estado de Morelos, incluyendo el área de Cuernavaca, es un lugar de gran interés. Antes de la dominación azteca en esta zona se radicaba la cultura Tlahuica, habiendo habitado la ciudad que aquí presentamos. Se estima que ya era habitada en el siglo XII. Esta cultura se refería a esta capital por el nombre de Cuauhnahuac, que significa algo similar a “Junto a los árboles”.

Cuernavaca es una ciudad de jardines, iglesias, museos, universidades, restaurantes, hoteles y todo lo que un turista puede desear. En las afueras de la ciudad hay varias haciendas, la pirámide de Teopanzolco, el Salto de San Antón y otros lugares que hacen de la ciudad una destinación ideal para unas vacaciones de descanso, salpicadas con algunas excursiones muy atractivas. Recuerde que los fines de semana muchos residentes de Ciudad México se trasladan a esta zona; si es tranquilidad lo que busca, tal vez sea buena idea ir a visitar todos estos lugares durante los días entre semana. Cuando nosotros fuimos fue entre semanas y todo estaba muy tranquilo y los restaurantes nos atendieron muy bien.

Algunas de las iglesias en el área de la catedral tienen una historia muy peculiar. Si es ese su interés, trate de integrarse a un tour con guías para que le expliquen todos los detalles. Nuestro guía, muy instruido en todo lo religioso y antiguo, cuando llegamos a estas iglesias como que los ojos le brillaban según nos contaba todo lo relacionado, con más datos de los que nosotros podemos recordar.

El viaje desde la ciudad de México hasta Cuernavaca, de unos 90 kilómetros, es de aproximadamente una hora por la autopista. Nuestro guía nos llevó por el camino antiguo y nos demoramos un poquito más pero tuvimos la oportunidad de disfrutar los pueblos entre las dos ciudades. En este camino la vista es mucho más pintoresca; en ciertos lugares es bien sorprendente porque se ve a la autopista desde lo bien alto, muy bonito si no le teme a la altura.