1- ¿Qué es la ARTRITIS?
La artritis es la inflamación de una articulación, del griego: arthros, articulación e -itis, inflamación. La artritis puede estar ocasionada por distintas causas (golpes, infecciones, ácido úrico etc.), siendo una de ellas la ARTRITIS REUMATOIDE.
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Articulación de la rodilla normal. |
Cuando se produce inflamación en una articulación, ésta se inicia en la membrana sinovial, capa que recubre la articulación por dentro, que aumenta de grosor y produce más líquido de lo normal, haciendo que la articulación aumente de tamaño debido a la aparición de derrame en la misma. Con el paso del tiempo, se afectan, además, el cartílago, el hueso, los tendones y los ligamentos, dando lugar a las deformaciones de las articulaciones.
2- ¿Es la ARTRITIS lo mismo que la ARTROSIS?
No. A diferencia de la artritis, en la ARTROSIS no predomina la inflamación, sino que la degeneración de la articulación desgasta el cartílago y, debido al mal funcionamiento de la articulación afectada, se forman salientes en el hueso, los osteofitos, comúnmente llamados picos de loro cuando se producen en la columna vertebral.
3- ¿Qué es la ARTRITIS REUMATOIDE?
La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria de causa desconocida, crónica, es decir que dura mucho tiempo, y en ocasiones sistémica, por lo que puede afectar a cualquier órgano del cuerpo.
4- ¿A quién afecta la ARTRITIS REUMATOIDE?
La forma más típica de presentación de la enfermedad es en una mujer de edad media. No obstante, la enfermedad puede aparecer en ambos sexos, aunque con mayor frecuencia en las mujeres, y a cualquier edad, desde niños hasta ancianos. Cuando la enfermedad se desarrolla en niños se denomina Artritis Crónica Juvenil.
5- ¿Es la ARTRITIS REUMATOIDE una enfermedad frecuente?
En un estudio epidemiológico recientemente llevado a cabo en España, se ha visto que la enfermedad afecta a 1 persona de cada 200.
6- ¿Qué síntomas produce la ARTRITIS REUMATOIDE?
Generalmente la enfermedad se inicia de forma lenta, con síntomas inespecíficos como cansancio, debilidad general y pérdida de apetito, comenzando después los síntomas articulares propiamente dichos. En menos ocasiones el inicio es brusco.
Las articulaciones más afectadas son las de las manos, (respetando las últimas articulaciones de los dedos) pies, codos, hombros y rodillas, generalmente de forma simétrica, en las dos partes del cuerpo por igual. Con la evolución de la enfermedad puede afectarse cualquier articulación (caderas, tobillos, etc.) (figura 2). En cuanto a la columna vertebral, la ARTRITIS REUMATOIDE afecta solamente a la columna cervical.
Cuando se inflaman las articulaciones, los síntomas que nota el paciente son:
- Dolor que no cede con el reposo y que dificulta y limita el movimiento de la articulación afectada.
- Hinchazón con aumento del tamaño de la articulación, calor y enrojecimiento.
- Rigidez, muy característica, con dificultad para mover las articulaciones y sensación de entumecimiento después del descanso nocturno, la llamada rigidez matutina, o de un período prolongado de reposo de la articulación.
Cuando la enfermedad está activa, “en brote”, las articulaciones están inflamadas, la rigidez es prolongada, sobre todo en el momento de levantarse de la cama y aparecen los llamados síntomas generales (fiebre, cansancio, pérdida de apetito, etc.). Según avanza la enfermedad, puede no quedar limitada a las articulaciones y afectar a otras partes del organismo como piel, con aparición de nódulos, pulmones, pericardio, ojos y, más raramente, otros órganos.
7- ¿Cómo se diagnostica la ARTRITIS REUMATOIDE?
El diagnóstico de la artritis reumatoide en manos de un reumatólogo es habitualmente sencillo, aunque al inicio de la enfermedad puede llevar cierto tiempo hasta que ésta se manifiesta en toda su expresión.
Para llegar al diagnóstico no son necesarias pruebas complicadas, basta con:
- Historia clínica.
- Exploración clínica cuidadosa, tanto general como del aparato locomotor, prestando especial atención a las articulaciones sintomáticas.
- Análisis, incluyendo el factor reumatoide que es positivo hasta en el 80% de los enfermos.
- Radiografías simples de las articulaciones afectadas en busca de las secuelas que produce la inflamación sobre las mismas: disminución del cartílago articular, erosiones en el hueso y deformidades.
El diagnóstico de Artritis Reumatoide casi siempre se puede hacer en base a estos datos, quedando reservadas otras pruebas más específicas (escáner, resonancia magnética) para casos concretos que presentan complicaciones o afectación de otros órganos que no son las articulaciones.
El diagnóstico de Artritis Reumatoide debe ser confirmado siempre por un reumatólogo que es el médico especialista en el diagnóstico, tratamiento y control de las enfermedades del aparato locomotor.
8- ¿Afecta la ARTRITIS REUMATOIDE sólo a las articulaciones?
No. Como hemos dicho anteriormente, la artritis reumatoide es una enfermedad sistémica. Esto quiere decir que puede afectar a cualquier órgano del cuerpo (ojos, pulmones, piel, etc.). Además, cuando no se consigue controlar la actividad de la enfermedad, puede producirse una complicación, denominada amiloidosis, en la cual se deposita una proteína en distintos órganos del cuerpo, dificultando el funcionamiento de éstos y empeorando el pronóstico de los enfermos que la padecen.
9- ¿Cuál es la causa de la ARTRITIS REUMATOIDE?
No se conoce la causa de la enfermedad. Se produce un desarreglo del sistema inmunitario, habitualmente encargado de defendernos de las agresiones externas, que comienza a atacar al propio organismo. Lo que no se sabe es la causa que origina este desarreglo. Hay un cierto componente genético en la enfermedad que hace que los familiares directos de un enfermo con artritis reumatoide tengan más riesgo de sufrir la enfermedad, lo que no quiere decir que la vayan a desarrollar necesariamente, ya que, además de la herencia, hay otros factores que hacen que se inicie la enfermedad en un individuo concreto.
Siempre se ha hablado de la posibilidad de que un agente infeccioso sea el desencadenante de la enfermedad, sin embargo, las investigaciones llevadas a cabo en este sentido no han sido concluyentes.
10- ¿Influye el clima o los cambios del tiempo en la ARTRITIS REUMATOIDE?
El clima y los cambios de tiempo no juegan ningún papel demostrado en la aparición o el inicio de la ARTRITIS REUMATOIDE aunque pueden influir en los síntomas referidos por el paciente.
11- ¿Cuál es el pronóstico de la ARTRITIS REUMATOIDE?
La artritis reumatoide es una enfermedad con un espectro muy amplio y variado, que abarca desde las formas más leves de la enfermedad que precisan escaso tratamiento y compatibles con una vida completamente normal, hasta las formas más graves de la misma que pueden llegar a acortar la esperanza de vida del paciente, sobre todo si se complica con amiloidosis, como hemos explicado anteriormente.
En cualquier caso, la enfermedad dejada a su evolución sin tratamiento, tiene mal pronóstico y acaba produciendo un importante deterioro funcional de las articulaciones afectadas.
Es muy importante el diagnóstico precoz de cara a iniciar el tratamiento lo antes posible, ya que los dos primeros años de la evolución de la enfermedad son claves y un control adecuado en este momento mejora el pronóstico funcional de estos pacientes.
12- ¿Se puede prevenir la aparición de la ARTRITIS REUMATOIDE?
No. Como hemos explicado antes, no se conoce la causa de la enfermedad, luego no vamos a poder poner los medios para evitar su aparición. Sin embargo está en nuestra mano el diagnóstico rápido para iniciar el tratamiento adecuado lo antes posible.
13- Tratamiento. ¿Qué puedo hacer yo?
El paciente con artritis reumatoide tiene que tomar parte activa en el tratamiento de su enfermedad intentando establecer ciertos hábitos de vida que van a mejorar su estado general.
En cuanto a la dieta no hay ningún hábito alimentario que haya demostrado ser beneficioso ni perjudicial para la evolución de la enfermedad. En general se recomienda una dieta completa y variada, incluso en los períodos de actividad en los que disminuye el apetito, que mantenga al paciente en el peso ideal evitando tanto la delgadez como la obesidad. Se aconseja un aporte adecuado de calcio dado el mayor riesgo de osteoporosis por la propia enfermedad, por la inmovilidad en los períodos de actividad y por algunos medicamentos empleados en su tratamiento.
Es aconsejable evitar los hábitos tóxicos: el tabaco, que interfiere con la afectación pulmonar que puede aparecer a lo largo de la enfermedad y con los tratamientos empleados, y el alcohol, que puede agravar los efectos secundarios de los medicamentos.
14- Tratamiento. ¿Reposo o ejercicio?
En cuanto a la actividad diaria se recomienda evitar la actividad física excesiva, respetando un descanso nocturno de al menos 8 horas.
En los brotes de la enfermedad debe disminuirse la actividad habitual, recomendándose el reposo de las articulaciones afectadas. En estos períodos se solicitará la baja laboral. No es necesario permanecer en cama salvo en situaciones especiales.
Es muy importante la posición de las articulaciones durante el reposo, manteniendo brazos y piernas estirados, ya que aunque la flexión puede aliviar los síntomas, a la larga favorece la aparición de deformidades. Las férulas son estructuras rígidas que mantienen las articulaciones en reposo en una posición adecuada, mejorando el dolor y la inflamación y evitando deformidades articulares. Se emplean sobre todo durante el descanso nocturno en manos, pies, rodillas y tobillos.
El ejercicio debe formar parte de la vida diaria del paciente con artritis reumatoide. Es esencial cuando las articulaciones no están inflamadas y contribuye a evitar la deformidad, la pérdida de fuerza y la osteoporosis. Se pueden realizar:
- Ejercicios pasivos: realizados por otra persona especializada. Generalmente se emplean en los casos graves.
- Ejercicios isométricos: con contracción del músculo, sin mover la articulación. Ayudan a mantener la fuerza muscular y evitan la atrofia.
- Ejercicios activos: es importante realizar a diario, durante unos minutos una tabla de ejercicios que incluya la movilización de todas las articulaciones.
- Masajes: ayudan a la relajación muscular.
En cuanto a deportes se recomiendan la natación, la bicicleta y caminar, evitando aquellos que supongan cargar peso o impactos sobre las articulaciones.
La valoración periódica en unidades de rehabilitación puede estar indicada para mejorar la función articular de los pacientes.
15- Tratamiento. ¿Es bueno el calor o el frío?
Algunas medidas físicas pueden contribuir a controlar el dolor:
- Calor húmedo: el baño en agua caliente mejora la rigidez matutina y facilita la realización de los ejercicios.
- Calor seco: favorece la relajación muscular.
- Baños de parafina: facilitan la realización de ejercicios con las manos y los pies.
- Frío: aplicable sobre articulaciones con inflamación aguda.
16- Tratamiento. ¿Qué medicamentos se emplean?
Antiinflamatorios no esteroideos
Es un grupo muy amplio de fármacos que producen alivio de los síntomas que origina la inflamación (dolor y rigidez) aunque no modifican el curso de la enfermedad.
Existe una gran variedad de antiinflamatorios no esteroideos y la elección de uno u otro vendrá dada por su eficacia, tolerancia y comodidad de administración en cada paciente.
Últimamente se han desarrollado nuevos antiinflamatorios no esteroideos, los inhibidores selectivos de la COX-2 con menos efectos secundarios sobre el sistema gastro-intestinal, que pueden ser de elección en pacientes con problemas previos en este sentido.
Analgésicos
Existe una gran variedad de analgésicos que serían de elección cuando el principal síntoma a combatir es el dolor.
Glucocorticoides
Son antiinflamatorios potentes, derivados de la cortisona. Se emplean a dosis bajas, asociados a otros fármacos, para mejorar el control de la enfermedad. Para el tratamiento de las complicaciones sistémicas pueden ser necesarias dosis medias-altas.
Estos fármacos se emplean también para infiltrar articulaciones muy inflamadas.
Fármacos modificadores de la enfermedad
Son un grupo amplio de fármacos que modifican la evolución de la enfermedad, y reciben el nombre de fármacos antirreumáticos de acción lenta (FARAL). A lo largo de los años han aparecido nuevos fármacos, desechándose otros por ineficacia o efectos secundarios. Estos fármacos en ocasiones pueden tener efectos secundarios que obligan a controles y analíticas periódicas para la detección precoz de los mismos.
En los últimos años se ha comenzado a emplear una nueva generación de fármacos, los anti-TNF, que por el momento se están reservando para formas de la enfermedad resistentes a tratamientos habituales, de acuerdo con las directrices dictadas por la Sociedad Española de Reumatología, dado el desconocimiento de sus efectos a largo plazo.
17- Tratamiento. ¿Sirven para algo las medicinas alternativas?
Ninguno de estos tratamientos (homeopatía, medicina naturista, etc.), ha demostrado cambiar el curso de la enfermedad y en la mayoría de los casos, si producen algún efecto, es de tipo psicológico. El peligro de este tipo de tratamientos es que pueden provocar el abandono del tratamiento convencional, que sí tiene eficacia probada.
18- Tratamiento. ¿Es precisa la cirugía ortopédica?
Habitualmente no, aunque puede ser precisa tanto profilácticamente, para evitar la destrucción de la articulación (sinovectomía), como para restaurar la función de una articulación deteriorada (osteotomía y/o prótesis).