Al aproximarse a la recepción de un hotel, a un hombre le llama la atención un ruido y al darse la vuelta a ver qué es, golpea sin querer con el codo, el seno de una preciosa mujer.
Apenado y sin saber qué hacer, él dice: - Mil disculpas señorita, si su corazón es tan suave como su seno, tengo la seguridad de que me perdonará.
La mujer sonriendo le responde: - Y si su pene es tan duro como su codo, mi habitación es la 201.- |